Bogotá, 26 dic (PL) El defensor del pueblo de Colombia, Jorge Armando Otálora, consideró hoy una vergüenza para el Estado las condiciones indignas en que viven indígenas desplazados en el coliseo El Cristal, del puerto de Buenaventura.
En esa cancha deportiva del sureste de Colombia, perteneciente al departamento del Valle del Cauca, se encuentran albergados 400 indígenas pertenecientes a la comunidad Wounam, desplazados por el conflicto armado que vive el país.
Otálora recordó que el Juzgado Tercero de Cali, la capital departamental, debió prohibir la realización de eventos deportivos en la instalación, pues allí se llevaban a cabo actos masivos que afectaban las condiciones de los indígenas.
Recordó que el propio juzgado de Cali también ordenó a la Unidad de Atención y Reparación Integral a las Víctimas brindar atención alimentaria y de salud a las comunidades del resguardo de Puerto Pizarro, formada por 570 personas, que no pudieron salir de la zona de conflicto y están allí confinadas.
Esas minorías étnicas refugiadas en esa región de la costa del Pacífico colombiano provienen de varios asentamientos ubicados en las márgenes del río San Juan, tanto en la parte del departamento de Chocó, más al centro, como en el suroccidente del Valle del Cauca.
El defensor del pueblo exigió a las autoridades gubernamentales medidas inmediatas para que los desplazados puedan retornar a sus territorios, pues se han mantenido demasiado tiempo viviendo en condiciones indignas, sobre todo en esta época de celebraciones de fin de año.