Beijing (PL) China parece abocada a un grave problema debido a la tendencia al envejecimiento de su ciudadanía luego de más de 30 años de la política de un solo hijo, adoptada cuando el crecimiento poblacional amenazaba el desarrollo del país.
Las medidas paulatinas adoptadas para levantar esas restricciones y promover que las familias busquen un segundo descendiente no recibieron la respuesta esperada y ahora los expertos llaman al desmantelamiento de esa regulación para impulsar los nacimientos.
Llamados en ese sentido se han generalizado luego que la pasada semana la Academia de Ciencias Sociales alertara que las tasas demográficas han disminuido gradualmente desde 2010, a pesar de las nuevas regulaciones para aumentar la familia.
Un dato de interés reproducido por todos los medios de prensa en el país es el de la tasa de fertilidad en China, que ha alcanzado 1.4 y una cifra que la acerca peligrosamente al 1.3 que es conocido como «la trampa de la baja fertilidad» porque ningún país que la ha alcanzado ha logrado sobreponerla.
Para el académico Cai Fang, co-autor del informe de la Academia de Ciencias Sociales, «la historia demuestra que ningún país que alcanzó ese tasa regresa al nivel de reemplazo poblacional».
El profesor afirmó que el relajamiento de la política de un solo hijo no marcará la diferencia y es necesario levantar todas las restricciones lo antes posible.
En un comentario sobre el tema, el diario China Daily expresa hoy que a medida que China envejece, gran cantidad de parejas reciben con indiferencia los llamados a tener un segundo hijo, sobre todo por consideraciones financieras.
De los 11 millones de parejas elegibles para tener un segundo vástago, solo 800 mil han solicitado permiso, una cifra que representa uno cada 14 matrimonios, de acuerdo a lo informado por la Comisión Nacional de Planificación Familiar y Salud.
En noviembre último, un muestreo realizado por el Diario de la Juventud reveló que el 58 por ciento de los más de dos mil consultados no desean un segundo hijo debido al alto costo económico, el mucho tiempo que requiere su atención y que cuentan con lo preciso para criar a su único descendiente.
Otros aspectos señalados son que hay una percepción diferente sobre la maternidad, que el proceso para solicitar autorización para tener un segundo descendiente es complicado y, por último, que las mujeres tienen realizar muchos sacrificios para criar a un segundo hijo.
Aunque los académicos consideran que el levantamiento total de las prohibiciones ayudaría a evitar «la trampa de la baja fertilidad», otros especialistas consideran que esas medidas tendrán poco impacto en la actual tendencia demográfica.
China necesita más nacimientos porque población envejece
Por Ilsa Rodrígue