En estas fechas es costumbre, casi, ser optimista; ¿me perdonarán si les digo que yo no lo estoy, como una especie de aguafiestas, un papel detestable en principio? No observo en 2015, como nos miente la administración peñista, ninguna posibilidad de recuperación ni mucho menos. La caída en los precios del petróleo –posiblemente a menos de cuarenta dólares por barril lo que haría volar en mil pedazos las estimaciones gubernamentales previstas en la ley de ingresos de la Federación-, y el también tambaleo a la baja del valor de nuestro golpeado peso –más bien deberían ser castigados los administradores inútiles y mentirosos en vez de nuestra divisa-, nos hacen prever una crisis muy parecida a la de 1994 cuando tanto se habló de que el blindaje era sólido tras el año de la barbarie y bastaron veintinueve días para que cesara el titular de Hacienda, Jaime Serra Puche.
Ahora, a la distancia, Serra y ernesto Zedillo se suelen llamar amigos tras haber convertido a México en rehén de las especulaciones oficiosas, hipotecando lastimosamente nuestro futuro incluyendo la ruina de miles y miles de ahorradores engañados y bolseados con la mayor impunidad. No olvidemos para no perder la perspectiva de futuro.
Alguna vez me confió el señor Serra Puche, en Cancún para ser exactos, que zedillo sólo era receptivo ante personajes que él consideraba de su “nivel” y despreciaba a cuantos no entendían su ambivalente diálogo, cargado de justificaciones y medias verdades –es decir, mentiras plenas disfrazadas-. Tenía como honor, el célebre despedido de la Hacienda pública, formar parte del selecto grupo si bien, en lo personal, más bien creo que su ingenuidad lo hacía ver así porque siempre hace faltan los bufones en las Cortes de los monarcas quienes, en México, abdican sexenalmente pero sin permitirse desviar las líneas financieras esenciales, dictadas por el Fondo Monetario Internacional. De allí, recuérdenlo, salieron el español Rodrigo Rato, a punto de ir a la cárcel en España, y Agustín Carstens Carstens, el único “médico” de las vías respiratorias capaz de convertir un catarrito en pulmonía. Otra gloria de México.
Pero, entre todos, quien se lleva las ovaciones es, sin duda, luis videgaray caso –quien comienza su nueva ruta en minúsculas-, regañado y maltratado de palabra por Pedro Aspe, este mismo mes en una reunión de financieros en Brownsville, Texas. El padre del neoliberalismo en México, formado por Salinas en los menesteres oficiales, le indicó al actual titular de la secretaría de Hacienda que, sencillamente, estaba llevando al país a la bancarrota con las reformas fiscales por éste concebidas además del fracaso de otras, como la de telecomunicaciones e incluso la energética, paralizadas por los vaivenes del mercado que debieron ser previsibles para quienes aseguran haber cursado, siquiera, la preparatoria y sin doctorados rimbombantes. Pero el señor videgaray se creyó en otro país –el mismo error de salinas con aspe de la mano-, y pretendió ocultar el sol con un dedo.
Por ejemplo, en materia de recaudación, veintidós entidades del país no cumplen con regularidad sus respectivos tributos al gobierno federal a causa de las alcabalas ilegales impuestas por el narcotráfico que, sencillamente, se lleva las tajadas sin el menor control; es tal la gravedad del asunto que los diez estados que mantienen los cursos normales, incluyendo al Distrito Federal, apenas están sobre la línea sin grandes posibilidades de explotar, aún más, a los causantes cautivos, muchas veces doblemente –por el gobierno y el poder real-, en plena debacle de la autoridad moral de los funcionarios públicos sin menoscabar al presidente de la República cuyo prestigio rueda entre los caballos del Apocalipsis. ¡Y, la verdad, todos deberíamos lamentarlo aun cuando no sea de nuestra simpatía! Porque con enrique, el mexiquense, no estamos acercando ya al “despeñadero” como anunciamos desde hace año y medio. No puede ser más oscuro el panorama.
Pese a ello, los mentirosos, más bien demagogos insisten en que la perspectiva es estupenda y merecería ser ampliamente festejada en estos tiempos. ¡Gasten!, nos dicen desde principios de diciembre y no paran; y, al mismo tiempo, los especuladores siguen saliendo a flote a cambio de complicidades sin nombre. Nunca antes, y esto ya es decir, había atestiguado tal número de caciques, acaparadores y políticos ajados por la negligencia, la torpeza y, sobre todo, la más aviesa corrupción. El peñismo es repudiado y no debiera ser sostenido por la inercia institucional cuando nueve entre cada diez mexicanas lo repelen. No es democrático ni moral por encima de la fatua alegatoria sobre una elección presidencial, la de 2012, viciada sin castigo alguno para los tantos delincuentes electorales proveedores de recursos amañados y de truculencias nauseabundas.
Tal es el saldo ominoso de un año para olvidar. Pero, ¿qué creen? Por las redes sociales circula la propaganda, en la cual han caído no pocos de postular a 2014 como el “año de su vida” recogiendo escenas familiares y haciendo el caldo gordo a quienes celebran por el simple hecho de asegurarse una buena borrachera… precisamente para olvidar cuanto rastrojo nos cuelga del alma.
Si este gobierno demagogo, corrupto y mentiroso, represor además, quisiera hacernos algún servicio ya habría puesto sobre la mesa las renuncias de videgaray y de los mandos con poder de fuego, desde el almirante Vidal Soberón y el general Salvador Cienfuegos hasta el procurador, el burro cansado de Hidalgo, jesús murillo karam. Todos ellos han sido cómplices
de la barbarie extendida, sobre todo en el segundo semestre de este año deplorable, en mayor o menor grado. No fue Ayotzinapa el punto de no inflexión sino Tlatlaya en donde la masacre de veintidós civiles por parte del ejército desbordado y sin hilos conductores no sólo fue ocultada durante noventa días sino igualmente convertida en mero pretexto para exaltar a los uniformados acusando a la población inerme de formar parte de la delincuencia organizada en la peor distorsión imaginable.
Digamos que en aquel oscuro momento se perdió la confianza en un gobierno tuerto e incapaz. Algunos lectores, ante estas críticas, reclaman también propuestas. Pues les digo que un buen presidente, con los riesgos que conllevaría colocarse en serio la banda tricolor sobre el pecho, ya habría retirado a Cienfuegos y obligado a éste a replegarse en tanto se intentaba sanear a los mandos castrenses medios y altos; tal sería el primer paso… como en la economía serviría bastante más blindar a los productos mexicanos antes de que nos asesten un golpe mortal en los mercados internacionales con la caída en el precio del petróleo, obviamente política, y la ausencia de proyectos para resarcir el daño inminente.
La figura presidencial, en fin, ha perdido respeto y autoridad moral. Lo dicen y lo escuchamos por doquier. No existe entidad del país en donde no se señale a la nueva pareja de Los Pinos como prototipo de corrupción y soberbia, incapaz del menor acto de humildad. Una muestra: durante la FIL de Guadalajara los autores latinoamericanos desfilaron para solidarizarse con el dolor de México en este año dantesco. Y uno de ellos me dijo:
–Si en cualquier país de Latinoamérica un presidente, con una crisis tan grave como la matanza de Iguala y Cocula, viajara a China y Australia –los sitios más lejanos de la patria-, provocaría una crisis social que le derrumbaría, sin pretexto alguno. Pero aquí –y esto me dolió oírlo- se teme tanto a las reacciones que asimilan los agravios y después se intenta olvidar.
Por ello, quizá, la insistencia en que recordemos, subjetivamente, los buenos momentos, las alegrías que no lo fueron como tales y los encuentros familiares ligeros, tras correr riesgos en las carreteras y sobrevivir a los retenes, son lo único que debe animarnos; esto es como si no lleváramos en la conciencia la dolorosa incertidumbre que deviene del paso zigzagueante de una administración generadora de irritación y no de confianza. NO será posible soportar cuatro años bajo el mismo derrotero, además de que es imposible: peña está enfermo, y no sólo de poder, y es el momento para alejarse definitivamente sin que tal produzca una revuelta. Si se queda el escenario sería peor: el de la represión que conllevaría, igualmente, a la catástrofe institucional.
¿Para qué esperar entonces otro año, otros meses?
Debate
Los rezagos son brutales y en el recuento anual no hay justificación alguna para ello. Los legisladores han pasado los últimos doce meses en una parálisis sólo rota por la disciplinaria aprobación de las reformas peñistas, por el momento detenidas sin necesidad, siquiera, de una consulta popular como pretendían los partidos de izquierda como última intentona para no descarrilarse del todo tras el fallido “Pacto por México”, uno de los lastres de estos dos años de mal gobierno.
Nos han fallado en todos los renglones a grado tal que se evidencian los negocios de la llamada “primera familia” como prioridades únicas. De allí el revoltijo sobre las concesiones ferroviarias –en donde obtienen jugosas comisiones las hermanas del mandatario en funciones-, y las casas ostentosas financiadas por el Grupo Higa, como su éste fuera un ente financiero y no una empresa constructora, a los peña, a videgaray, a Alejandro Murat e incluso a Aurelio Nuño, todos los miembros del primer nivel del staff presidencial. No hay duda alguna de quien conforma el núcleo alrededor del cual crece la purulencia.
El señor peña y su mujer legal, angélica, rebasaron en este 2014 todos los niveles de la amoralidad pública indignando a los mexicanos quienes, de plano, no aceptan más explicaciones por televisión ni dramas telenoveleros dignos de una carpa cantinflesca. Maduramos ya y sabemos en donde poner el dedo para clocar el detonante. Cuidado con ello porque es nuestro deber salvar la paz. Entiéndalo así el señor peña y no deje que las aguas de río de la justicia popular lo rebasen en el año por comenzar.
La Anécdota
Una correlación justa debería indicar que el pago de impuestos debe darse en forma paralela a la confianza que se tenga por los gobernantes; además, seguimos siendo una de las naciones con mayores gravámenes en el mundo, esto es como si nos fluyera el dinero.
Hace unos días, en Mérida, realizamos una encuesta informal con representantes de diferentes núcleos sociales: nueve de cada diez dijeron no pagar tributos aun cuando les especificamos que lo hacían al cargar combustible o comprar comestibles; en todo momento. La respuesta fue la misma:
–¡Y todo ese dinero se lo “clavan” los políticos!
–¿Le cae bien peña nieto?
–Ni me lo diga… es el peor de todos.
Por favor, tratemos de explicarle cómo debe darse la congruencia.
– – – – – – – – – – – – – – –
E-Mail: loretdemola.rafael@yahoo.com
Búsquenos en el FACEBOOK con comentarios actualizados.
NO SERÁ FELIZ 2015 Y NO ES UN PROBLEMA MENTAL. ES UN HECHO. TRATEMOS DE PASAR ESTAS FESTIVIDADES LO MEJOR POSIBLE PERO SIEMPRE CON LOS PIES BIEN PUESTOS EN LA TIERRA. NO ESPEREMOS MILAGROS NI CAIGAMOS EN GARLITO POLÍTICO ALGUNO. VOTEMOS EN JULIO Y CASTIGUEMOS A QUIENES NOS HAN AFRENTADO.
Desafío: Impuestos Nulos
Por Rafael Loret de Mola