San Salvador (PL) El pueblo salvadoreño decidió en el 2014 continuar los cambios sociales iniciados con el primer gobierno del Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN), tras las elecciones presidenciales de este año.
Salvador Sánchez Cerén, uno de los líderes históricos del FMLN, y Oscar Ortiz, también del partido de izquierda, fueron elegidos como presidente y vicepresidente para dirigir los destinos del país,por un período de cinco años.
Pese a los resultados de los comicios para los cuales fueron
necesarias dos vueltas, quedó en evidencia la polarización de la
sociedad de esta nación centroamericana.
Sobre esa base, el nuevo jefe de Estado, quien asumió su cargo el 1 de junio último, inició un estilo de gobierno basado en el diálogo y la no confrontación, con el objetivo de buscar soluciones entre todos los sectores de la sociedad salvadoreña a los principales problemas de la nación.
La lucha contra la inseguridad y la violencia, la creación de nuevos puesto de trabajo en concordancia con el desarrollo económico, así como la continuidad y consolidación de los programas sociales iniciados en 2009 con el gobierno del FMLN y el expresidente Mauricio Funes, figuran en las prioridades de la actual administración.
Sin embargo, aún con la disposición dialogante de Sánchez Cerén, la derecha, en particular el partido Alianza Republicana Nacionalista (Arena), hace todo lo posible por frustrar las propuestas gubernamentales encaminadas a erradicar los principales males que
afectan a la nación.
Desde la Asamblea Legislativa o desde la Sala de lo Constitucional de la Corte Suprema de Justicia son evidentes los intentos por bloquear el trabajo desde el gobierno para transformar la sociedad salvadoreña, aún con las heridas de décadas de dictadura, guerra y gobiernos derechistas que impusieron el neoliberalismo.
En ese sentido, los diputados de la derecha se han negado a dar sus votos para aprobar préstamos que podrían contribuir a impulsar
iniciativas en función de mejorías económicas o han vetado leyes como las relacionadas con el agua, que otorgan a la población el derecho al vital recurso.
No obstante, las actuales autoridades de la nación trabajan en la
búsqueda de inversiones en las más diversa áreas, como la energética, y ya están en marcha proyectos que redundarán en un ahorro sustancial en el pago de combustible.
Asimismo, el país fue aceptado como miembro pleno del mecanismo
PetroCaribe, un instrumento que ofrece ventajas en el pago de la
factura petrolera y al mismo tiempo posibilita el desarrollo en áreas como la agricultura.
Pese a las trabas de Arena, el gobierno de Sánchez Cerén ha creado las condiciones para llevar en el 2015 el programa social Paquete Escolar a estudiantes de bachillerato.
Dicho plan provee gratuitamente de uniformes, zapatos y útiles a 1,3 millones de alumnos de primaria y secundaria.
También, luego del 1 de junio, el Gobierno, a través de
instituciones como el Ministerio de Agricultura, ha entregado miles de títulos de propiedad al sector campesino, en muchos casos mujeres, quienes son ahora dueñas de sus tierras.
Ciudad mujer se prevé extenderlo a los 14 departamentos y este año fue inaugurada la sede en Morazán, para completar seis hasta el presente.
Este multipremiado y reconocido proyecto está enfocado a garantizar los derechos de las salvadoreñas en su más amplia expresión, una de las deudas más sensibles de este país.
Quizás el esfuerzo más encomiable del gobierno del FMLN es la batalla frontal contra la violencia, el problema que más agobia a la población.
Con vistas a reducir al mínimo este fenómeno que deja unos 10 muertos cada día, se creó el Consejo Nacional de Seguridad y Convivencia, para el cual se convocó a la iglesia, la empresa privada, las organizaciones no gubernamentales, y los partidos políticos, entre otros facxtores, de manera que toda la sociedad esté representada.
El objetivo es proponer soluciones de manera conjunta y consensuada para disminuir los asesinatos, las extorsiones, el secuestro y cualquier manifestación violenta perpetrada por las pandillas o grupos delincuenciales.
Al unísono se pone en práctica la Policía Comunitaria, una modalidad en la que agentes y población en un trabajo articulado enfrentan los delitos desde los propios territorios.
Lo cierto es que cada día son duros los golpes que la Policía Nacional Civil (PNC) le asesta a la delincuencia en El Salvador y la esperanza de la población es que el problema sea llevado a su mínima expresión.
Este año, otro de los temas más sonados en esta nación es el caso del expresidente Francisco Flores (1999-2004), quién está acusado por peculado, enriquecimiento ilícito y desobediencia a particulares.
Flores, después de haber confesado públicamente manejos arbitrarios de donativos millonarios procedentes de Taiwán, desapareció del país, por lo que fue necesario que la PNC notificara una orden de captura y que la Interpol emitiera una difusión roja.
Luego de cuatro meses prófugo, Flores se presentó ante
los tribunales y el juez del caso ordenó arresto domiciliario, una
medida que generó una amplia repulsa social, hasta cuando fue llevado a prisión.
Sin embargo, luego de que se le diagnosticara una trombosis y que
Medicina Legal recomendara mejores condiciones en su celda, el
exmandatario fue retornado a su vivienda, donde espera la investigación para ser procesado por los delitos que se le imputan.
Depurar la justicia en El Salvador es uno de los principales reclamos de la sociedad que en casos como este advierte una
desigualdad en su administración.
El 2014 cierra en el llamado Pulgarcito de Centroamérica con el ritmo de una nueva contienda electoral que tendrá su punto clímático el 1 de marzo venidero, cuando se celebren las elecciones para alcaldes, diputados a la Asamblea Legislativa y al Parlamento Centroamericano.
En los últimos meses, aunque el Tribunal Supremo Electoral no había autorizado la campaña proselitista, ya los partidos en contienda, particularmente Arena, hacían sus presentaciones publicitarias.
Lo más llamativo de este proceso fue el nombramiento por el FMLN
de Nayib Bukele para aspirar a la alcaldía de San Salvador, la más
importante del país, por ser la capital y donde se concentran los
principales poderes.
La designación puso en jaque al partido Arena, que tuvo que cambiar a su principal carta de triunfo, Norman Quijano, actual alcalde capitalino y excandidato presidencial.
La agrupación derechista avizoró una derrota a causa de la popularidad de Bukele, quien ha tenido un incuestionable éxito como alcalde del departamento de Nuevo Cuscatlán.
Lo cierto es que en el 2014 el FMLN se consolidó como la principal
fuerza política del país, pues las encuestas le otorgan la capacidad de ser el partido más organizado, aunque su aspiración es seguir avanzando en el terreno político para concretar los proyectos de país, cuyo centro es el pueblo salvadoreño.
El Salvador decidió en 2014 continuar los cambios sociales
Por Odalys Troya Flores