Multiplicar y defender es cultivar la nación y la libertad: Mujica

Montevideo, 2 ene (PL) El presidente uruguayo, José Mujica, afirmó hoy aquí que por grandes que sean los antagonismos, es mucho lo logrado «en este pacto colectivo tácito que constituye la creación de la nación».
Multiplicar, ahondar y defender significa no solo cultivar la nación, sino también la libertad en su seno, afirmó en su saludo al pueblo uruguayo por la llegada del nuevo año.
Implica además, puntualizó, libertad para pensar distinto, para ser diferente y para seguir luchando por lo que pensamos y sentimos, subrayó en su alocución radial, difundida además en la página web de la Presidencia.
En sus reflexiones, el jefe de Estado, que entregará su banda presidencial el 1 de marzo a su colega de partido Tabaré Vázquez, instó a la convivencia y ser tolerantes con aquellos que piensan de manera diferente. Nadie es más que nadie, insistió.
Todos sabemos que existen naciones, países, culturas y religiones diversas, señaló. La humanidad como ha podido, con sus avatares, construye sistemas jurídicos más o menos eficientes para intentar guiar sus conflictos sociales, sus relaciones de propiedad, sus relaciones de trabajo.
Eso acontece en nuestra América y en el mundo entero, puntualizó. Existen también inevitablemente las épocas de la historia humana que en su devenir van generando situaciones de cambio, dijo.
Para Mujica, el tema de las diferencias, el respeto entre países y por ende entre seres humanos es vital para una convivencia en paz. El tema hay que recalcarlo una y otra vez entre nosotros y llevarlo a las nuevas generaciones, insistió.
Porque inevitablemente, dijo, en nuestras sociedades existen diferencias, algunas muy profundas, de clase, que generan visiones antagónicas.
Es una ubicación distinta de ver la realidad del mundo y las relaciones humanas hijas del sentido de pertenencia a clases distintas, explicó.
En otro momento de su intervención, el presidente, quien participó en la jornada precedente en la segunda toma de posesión de su homóloga brasileña Dilma Rousseff, resaltó la responsabilidad de cada uno en la continuidad de la vida y la evolución de la sociedad.
La vida continúa, pero tenemos responsabilidad para la marcha de esa vida, porque la evolución de una sociedad necesita una sucesión de cambios inevitables.
El tiempo, subrayó, no pasa inútilmente, pues siempre aparecen nuevas causas, nuevos deberes y surgen nuevos antagonismos.

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