Dividen a Nicaragua por proyecto de canal

Nicaragua vive días de vísperas y no sólo por la proximidad de la Navidad: la sensación de que algo grande está a la vuelta de la esquina es cada vez más fuerte en este pequeño país centroamericano.

Y mucho tiene que ver la anunciada ceremonia de inicio de obra del Gran Canal Interoceánico de Nicaragua, el paso artificial que triplicaría en tamaño al vecino Canal de Panamá, prevista para este 22 de diciembre.

Aquí, sin embargo, todavía hay muchos que aún no creen en el gigantesco proyecto otorgado en concesión hace poco más de año y medio al HKND Group, un consorcio internacional que tiene como cabeza visible a un empresario chino y su sede en Hong Kong.

Y eso significa que la sensación de expectativa que se respira en varias partes del país también refleja las dudas de quienes temen que la ambiciosa apuesta nicaragüense –que representaría la culminación de un sueño de siglos– pueda terminar saliendo mal. Muy mal.

Aunque, por el momento, de lo único que se puede estar seguro es que el proyecto de canal empezó a dividir a los nicaragüenses de muchas maneras desde antes del inicio de cualquier excavación.
El Canal de Nicaragua tendría 278 kilómetros de extensión, por los 77 del actual Canal de Panamá.
Escépticos vs. convencidos

Incluso hoy, una de las divisiones más visibles sigue dándose entre quienes creen que la construcción del paso interoceánico es una realidad garantizada y aquellos que todavía dudan que el HKND Group pueda asegurar los más de US$50.000 millones que ha estimado necesita para financiar el ambicioso proyecto.
El HKND Group, del empresario chino Wang Jing, recibió una concesión por 50 años renovables para construir y administrar el canal y varios proyectos asociados.

Y lo modesto de la obra elegida para marcar el inicio del que ha sido anunciado como el proyecto de ingeniería más ambicioso de la historia de Centroamérica –una pequeña carretera secundaria a unos 120km de la capital, donde tendrá lugar el acto inaugural– seguramente no bastará para convencer a los más escépticos.

Por lo demás, entre la gente que se opone a la concesión canalera abundan aquellos que están convencidos que la promesa del canal es sólo una pantalla para facilitar expropiaciones de cara a los llamados “proyectos secundarios”, que incluyen puertos, vías férreas e incluso complejos turísticos.

Y para apoyar su argumento hacer notar que tanto a nivel nacional como internacional la mayoría de los expertos no parecen creer que la ruta canalera, tal y como ha sido concebida, sea viable desde el punto de vista financiero, especialmente luego de la expansión del centenario Canal de Panamá.
El paso nicaragüense tendrá que competir con el Canal de Panamá, que acaba de ampliar su capacidad.

Las principales razones: una menor dependencia del petróleo como fuente de energía y una progresiva reducción en la circulación de materias primas como consecuencia de una mayor industrialización de sus actuales zonas de producción.

Los manifestantes en contra del Canal acusan a las autoridades de limitar su derecho a la protesta.

Y a muchos también les preocupa el protagonismo chino, que algunos creen puede terminar garantizando la construcción de la obra más allá de consideraciones de tipo financiero, por más que el posible interés de Pekín por razones geopolíticas hasta el momento no pase de especulación.

Hoy por hoy, sin embargo, es en la oposición de los pobladores de la anunciada ruta canalera donde más se están acumulando tensiones.

Y la militarización de algunas de esas zonas para “garantizar el orden” ha hecho que algunos sientan que lo que por el momento está más a la vuelta de la esquina sea violencia, represión y desorden social.

Las autoridades, sin embargo, sostienen que los nicaragüenses que apoyan el canal son una mayoría y Telémaco Talavera dice estar confiado en que el tiempo les dará la razón.

Pero, por lo pronto, temores e ilusiones también parecen estar dividiendo a los nicaragüenses en similar medida.

Y antes incluso de entrar a discutir sus eventuales riesgos y méritos, parece demasiado pronto hasta para asegurar que el viejo sueño de un canal interoceánico por territorio nicaragüense vaya a terminar haciéndose realidad.

Fuente: InsurgentePress

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