Cruz Azul descongeló el Estadio Hidalgo con una exhibición de futbol, liderada por Roque Santa Cruz, para ganarle 1-0 al Pachuca.
Santa Cruz, en su debut con La Máquina, demostró por qué jugó en los mejores clubes del mundo, y se encargó de guiar al cuadro cementero, que se mostró hambriento de triunfo, que peleó cada balón, que fue ofensivo, y que demostró que ese equipo que alcanzó su tope futbolístico a mediados del año pasado, está de regreso.
Fue un juego atípico: hora y media antes de que iniciara, cayó un intenso granizo con lluvia, que dejó todo el campo cubierto de hielo y que provocó que el partido se retrasara una hora, y que además bajara la temperatura.
Fue un gran partido, sobre todo el primer tiempo. Emociones en las dos porterías. Una llegada tras otra en cada arco. Los equipos hicieron olvidar el frío a los aficionados en la tribuna. Los dos clubes buscaron lucirse. Pachuca por ser local. Cruz Azul por estar obligado tras la mala temporada anterior.
Bastaron nueve minutos para que Roque Santa Cruz, el fichaje de lujo de Cruz Azul, mostrara su calidad. Recibió pase filtrado al área, alcanzó el balón cerca de la línea, sin perder tiempo, puso un centro y apareció Joao Rojas para rematar de cabeza y meter el primer gol.
Pachuca respondió: tiros de Buonanotte, cabezazos de Nahuelpán, que estuvieron cerca de convertirse en gol. Cruz Azul estuvo cerca de segundo con un tiro del Chaco que pegó en el poste.
Santa Cruz, figura cementera, también dejó ir el segundo de los visitantes en la primera parte.
Roque asumió el rol de líder, justo lo que espera Cruz Azul de él. Jugó como delantero punta, se movió a las bandas, ganó balones por el aire, a ras de césped, jugó a un toque, le puso tres pases más de gol a Rojas quien las falló.
Un gol fue suficiente para que Cruz Azul ganara y demostrara que está comprometido a hacer olvidar a sus fanáticos los fracasos del torneo anterior.
Fuente: NoventaMinutos