Moscú, 21 ene (PL) El gobierno ruso presentará la versión final del plan anticrisis antes de una semana, enfilado al sostenimiento y la estabilidad de la economía, anunció hoy el vicepresidente primero del ejecutivo, Igor Shuvalov.
Dijo Shuvalov al término de una sesión de trabajo del gabinete de ministros, consagrada al tema económico, que en general el presidente Vladimir Putin dio el visto bueno al paquete de medidas, pero restan algunas reuniones para acoplar las propuestas.
El encuentro conclusivo será el lunes venidero y solo con posterioridad se entregará al presidente el documento final contentivo de las medidas para apoyar la economía rusa y garantizar la estabilidad social en Rusia, puntualizó, citado por las principales agencia rusas de noticias.
La ayuda financiera a las empresas, a la agricultura, el complejo agroindustrial y las exportaciones constituye el núcleo central del plan anticrisis.
Los puntos por engranar tienen que ver con la magnitud de los gastos, que no impliquen un sobresalto de los límites y la disciplina fiscal, en un ajuste a los parámetros contemplados del déficit del presupuesto federal.
Según el viceprimer ministro, el desfase entre las erogaciones y los ingresos podría ser mayor al planificado, pero deberá mantenerse por debajo del registrado en 2009, durante la crisis económica y financiera global.
De momento se maneja un plan de gastos para la ejecución del paquete anticrisis en el orden de los mil 375 billones de rublos (más de 21 millones de dólares, al cambio actual), que aportarán la caja central y el Fondo de Bienestar Nacional, por lo menos.
Al intervenir en la sesión del gabinete, el presidente Vladimir Putin afirmó que el plan es absolutamente realizable y dijo que la actual coyuntura debe coadyuvar a elevar la soberanía de Rusia en la esfera económica.
Rusia, remarcó Putin, debe permanecer como una parte inseparable, natural y orgánica de la economía mundial. Dijo al mismo tiempo que en la solución de los problemas el Ejecutivo implementará métodos de mercado y cumplirá estrictamente las obligaciones sociales.
El jefe del Kremlin insistió en que el origen de la crisis en la economía rusa es externo, entrelazado con los problemas en los mercados de hidrocarburos y una erosión de las reglas económicas bajo presión de factores políticos.
A su juicio, las sanciones impuestas a su país por Occidente no desempeñaron un rol clave en las turbulencias financieras y la devaluación sin precedentes del rublo.
No obstante, Putin reconoció que desde los tiempos de la crisis anterior de 2008-2009 la estructura económica cambió poco y ha sido en parte el fundamento de los problemas que afronta hoy el país.