París, 22 ene (PL) Sindicatos de trabajadores franceses analizan hoy posibles acciones en rechazo a una iniciativa económica gubernamental llamada proyecto de ley Macron, la cual consideran que atenta contra los derechos de los obreros.
Según sus defensores, la Ley sobre la Actividad y el Crecimiento (denominada Macron, en referencia al apellido del ministro del ramo), intenta reactivar el crecimiento. Sin embargo, desde su presentación genera polémica y escepticismo entre las personas.
Entre los aspectos más controvertidos de la iniciativa, que será discutida a fines de este mes en la Asamblea Nacional, figura la ampliación de cinco a 12 del número de domingos laborales en el país para favorecer a los grandes centros comerciales y otros establecimientos.
Los salarios durante esos días no serán regulados por el gobierno, sino sometidos a negociaciones directas en cada una de las empresas concernidas.
El texto también prevé la introducción de la competencia del capital privado en sectores sensibles hasta ahora en manos del Estado, como el transporte de pasajeros.
La norma permitiría la creación de empresas de autobuses para conectar a varias ciudades por carretera y los aeropuertos de Lyon y Niza podrían pasar total o parcialmente a manos de inversionistas particulares.
Esta medida también abarca a varias profesiones reglamentadas por el gobierno, entre ellas los notarios y los administradores judiciales.
La Confederación General del Trabajo afirma que el proyecto significa más libertad para la patronal y menos derechos para los trabajadores.
Argumentan que no generará empleo ni aportará respuesta alguna al aumento de la desocupación, a la disminución del poder adquisitivo o al crecimiento de las desigualdades, sino que agravará la crisis.
La iniciativa del Ejecutivo genera polémica incluso en el seno del gubernamental Partido Socialista (PS).
La senadora por el PS Marie-Noelle Lienemann, opina que significa una nueva etapa de liberalismo y exhortó a sus copartidarios a votar contra ella.
De acuerdo con el secretario nacional del Partido Comunista Francés, Pierre Laurent, esta medida deja desvalidos a los trabajadores frente a los patronos y, de hecho, pone fin a la jornada semanal de 35 horas, una conquista laboral histórica.
Expertos opinan que el proyecto va a provocar grandes debates cuando entre a votación en la Asamblea Nacional a partir del 26 de enero.