Obama, entre industria enrgética y protección a medio ambiente

Washington, 28 ene (PL) El presidente de Estados Unidos, Barack Obama, muestra hoy sus dotes de equilibrista al impulsar, por un lado, iniciativas de protección medioambiental y, por otro, licencias para la exploración de recursos energéticos en nuevas parcelas marítimas.
Apenas dos días después de proponer la creación de un área protegida y, en consecuencia, prohibir la actividad industrial en la planicie costera de la reserva nacional ártica en Alaska, la administración Obama anunció este martes un plan quinquenal que abriría las aguas de la costa atlántica a la exploración petrolera y gasífera.
De este modo, las compañías energéticas podrían operar por vez primera en áreas marítimas desde Virginia hasta Georgia, aunque quedarían prohibidas grandes zonas ubicadas en los mares de Beaufort y de Chukchi, en Alaska.
La iniciativa presentada este martes -que otorgaría licencias federales para desarrollar la industria extractiva de 2017 a 2022- abriría una decena de áreas en el Golfo de México, tres en el Ártico -incluidas una respectivamente en los mares de Beaufort y Chukchi-, y una en la Costa Este.
Según la secretaria de Interior, Sally Jewell, se trata de una propuesta balanceada que haría disponible cerca del 80 por ciento de los recursos no descubiertos técnicamente recuperables, mientras que protege áreas que son simplemente muy especiales.
Jewell indicó que los detalles serán presentados a finales de este año, pero se adelantó el establecimiento de estrictos requisitos para evitar accidentes que afecten el ecosistema marino y costero.
A su juicio, el problema radica en que algunos actores verían este paso como una concesión a la gran industria petrolera y gasífera y de este modo se avivarían las peores pesadillas de grupos ambientalistas que advierten sobre el riesgo de un derrame al estilo del ocurrido en 2010 en el Golfo de México.
En todo caso, la medida contrasta con la protección a la llanura costera en Alaska, un lugar descrito en un editorial por The New York Times como «una maravilla ecológica y biológica, coto de caza para los nativos de Alaska y el hogar de los caribúes, osos polares, todo tipo de vida marina y un sinnúmero de especies de aves».
Pero -apunta el diario neoyorquino- «también puede contener uno de los mayores yacimientos de petróleo sin explotar en América».
De ahí que congresistas republicanos reaccionaran de inmediato contra la propuesta y dijeran que se trata de «una guerra contra el futuro de Alaska».
Actualmente, los republicanos del Congreso luchan por sacar adelante un proyecto para la construcción de el oleoducto Keystone XL (desde las arenas petrolíferas de Alberta, Canadá, hasta Texas), pero la Casa Blanca ha anunciado su veto en espera de investigaciones en curso.

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