Exigen legalidad dentro de lo ilegal

Por Guillermo Robles Ramírez

Desde el anuncio el año pasado a principios de octubre sobre la decisión del Congreso de Coahuila sobre la aprobación de penalizar la fabricación y distribución de placas y engomados no oficiales para vehículos de procedencia extranjera, no han parado las inconformidades frente a diferentes dependencias de gobierno en la capital de la entidad y otro tipo de manifestaciones en las calles sobre todo en aquellos municipios más cercanos a la frontera con nuestro vecino de la nación del norte.

Las medidas que se han tomado para quienes poseen éste tipo de vehículos que no reúnen los requisitos de legalidad, se ha aplicado en todo Coahuila un operativo coordinado entre elementos estatales y locales para hacer el decomiso de todo aquellos carros irregulares extranjeros también conocidos como “chocolates”.

A pesar de la advertencia emitida por las autoridades y las mismas medidas que se harían para aquellas unidades nacionales que tampoco cumplieran en la actualización de placas y tenencia, iniciando el presente año serían igualmente decomisados al igual que aquellos vehículos que no contaran con placas y la papelería que justificara la legalidad del mismo así como el propietario del vehículo a revisión.

Todas éstas medidas tomadas después de que el gobernador de Coahuila, Rubén Moreira Valdez, atendiera una de las mayores demandas existentes no solamente en la entidad, sino la misma por la que el resto del país tiene como mayor preocupación: seguridad.

En ambas situaciones a la fecha los inconformes han visto las medidas de decomisos de vehículos como carentes de legalidad, abusivos e injustas sobre todo en la cabecera municipal de Monclova en donde el tono de los monclovenses ha sido cada vez más fuerte hasta el grado de impedir decomisos de sus unidades en donde la misma ciudadanía se pone al tú por el tú con las autoridades y ganando la batalla por superarlos en cantidad de número en algunos puntos en donde se han puesto los retenes.

Las quejas ante la Comisión de Derechos Humanos del Estado de Coahuila, bombardeo constante en las redes sociales no han parado ante el inconformismo de los coahuilenses e inclusive han intentado de sensibilizar al resto de la población con éste movimiento haciendo ver a los demás que éstos decomisos también se están efectuando a municipios chicos cercano a la frontera y comunidades ejidales en donde gente dedicado al campo utiliza los carros de fabricación extranjera siendo su único sustento y parte de su patrimonio.

Es difícil exigir a las autoridades algo como el tema de la seguridad si no se está preparado o mejor dicho convencido que para poderlo lograr estamos dispuestos a hacer sacrificios como es el respetar el orden. Esto pudiera sonar como algo demagógico, sin embargo, una cruda realidad es que en una gran medida el porcentaje de quienes cometen un delito como es el robo, el secuestro, el crimen organizado y los diferentes grupos de narcotraficantes operan en vehículos difíciles de rastrear como aquellos que entran de manera ilegal a nuestro país como todos los que portan un permiso o placas de ONAPPAFA que ni siquiera pagaron lo establecido a nivel nacional como normativas desde que salió el TLC en donde se permitía la legalización de carros extranjeros, pero evidentemente pagando el permiso de pedimento de importación que les corresponde así como sus otros impuestos.

Cualquiera que sabe que está en la ilegalidad conoce muy bien los riesgos que implica al comprar un vehículo cuando sabe que la adquisición se hizo no de la manera legal y ésta  es parte del juego, pues mientras no seas atrapado se disfruta de la ilegalidad pero cuando se es descubierta no queda otro remedio más que apechugar y aguantarse.

Lo mismo sucede con aquellos propietarios que tienen unidades nacionales y que le han hecho al vivo al no pagar las placas o tenencias de cuatro o tres años atrás en donde esos morosos siempre esperan las condonaciones mientras que los que han sido puntual en sus pagos y mantener actualizado sus unidades hacen ciertos sacrificios en limitarse en algunos gastos para cumplir con sus obligaciones siendo motivo de mofa para los incumplidos muy al estilo mexicano de esperar hasta el último momento y señalando como de pendejos a quienes pagan puntualmente y confiados a que nunca se hace nada al respecto.

Resulta inverosímil observar tantos vehículos nacionales como aquellos de lujo extranjeros comprados en territorio nacional que por una parte sí tuvieron dinero para comprarlos, mientras que por otra parte, no tienen recursos para pagar sus tenencias a tiempo. Hay que estar conscientes de que el tener cualquier tipo de vehículo implica también enfrentar responsabilidades.

Existen pocas iniciativas que logran aterrizarse de manera exitosa y aún más cuando su ejecución se lleva acabo no terminando en una letra muerta y no pasando de una simple medida popular para ser recordado alguna vez.

Pero resulta no solo contradictorio, sino una posición populista e imperdonable que existan diputados coahuilenses que en lugar de hacer respetar la ley, caigan en el error de querer pretender regularizar aquellos vehículos de procedencia extranjera que circulan en la entidad en donde se trata de un grupo  de ciudadanos que además de haber cometido un delito en adquirir algo de manera ilegal y han dañado terriblemente al sector automotriz en donde operan millones de trabajadores nacionales, también han fomentado un negocio ilícito corrompiendo a las autoridades fronterizas del país con el tráfico de carros “chocolates”

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