Washington, 7 feb (PL) Los hábitos de las termitas contribuyen a detener el avance del desierto, especialmente en ecosistemas semiáridos y tierras de cultivo de África, Asia y Sudamérica, refleja hoy un estudio publicado en la revista Science.
Los nidos que construyen esos insectos convierten a esas áreas en más resistentes al cambio climático, pues funcionan como almacenes de nutrientes y humedad, y facilitan que el agua penetre en la tierra, sostienen científicos de la Universidad de Princeton y del Centro de Investigaciones de Mpala, en Nanyuki, Kenya.
Como resultado, la vegetación se extiende alrededor de esas estructuras y es menos vulnerable a la desertificación.
Los terrenos áridos en los que las termitas establecen sus nidos necesitan mucha menos cantidad de lluvia para prosperar que aquellos en los que estos no existen.
De acuerdo con los estudiosos, aunque el ensayo se centró en el género Odontotermes, constituido por termitas que cultivan hongos, sus conclusiones pueden aplicarse a las demás especies de estos animales.
Para Corina Tarnita, profesora de Biología evolutiva, los termiteros también preservan las semillas, lo cual facilita que las zonas próximas se recuperen antes una vez que pasan las lluvias.