Pretoria, 16 feb (PL) Mientras un equipo de trabajo decidió reunirse hoy, la comunidad de Malamulele, en la provincia sudafricana de Limpopo, continúa paralizada por casi seis semanas de protestas.
Los residentes de la zona se mantienen desafiantes en su demanda de exigir su propio municipio, independiente de Thulamela, alegando motivos étnicos.
Según plantean, son menos favorecidos los pobladores de origen xitsonga, en mayoría sobre los de habla tshivenda.
Las manifestaciones estallaron el año pasado antes de las elecciones generales de mayo, pero se reavivaron ahora.
En enero la Junta de Demarcación Municipal dictaminó que Malamulele no clasificó para ser un municipio.
Una reciente reunión entre el Equipo de Trabajo de Malamulele, religiosos y líderes tradicionales, tampoco logró poner fin a la paralización de los servicios allí.
El portavoz, Isiah Ndhambi, dijo que la asamblea resolvió involucrar a más estructuras de la comunidad antes de tomar la decisión de suspender las acciones.
La víspera, el presidente Jacob Zuma ratificó la posición de su gobierno en una entrevista con la cadena estatal SABC en cuanto a que las personas tienen el derecho a protestar y expresar su frustración sobre cualquier tema.
«Pero que no es correcto que infrinjan los derechos de otros», enfatizó.
Las revueltas en Malamulele han sido muy tensas. Han llevado a los manifestantes a cerrar todos los servicios, desde las escuelas hasta las empresas, y esto es un enfoque equivocado, subrayó.
No es aceptable que se socaven los derechos de otros como es el caso del derecho de los niños de ir a la escuela, señaló el mandatario.
Hace poco Zuma planteó su preocupación por la situación en Malamulele. No se puede aceptar «la división de las personas en función de su tipo, jamás se puede permitir, es una cosa peligrosa», advirtió en un almuerzo con ejecutivos de medios de prensa y periodistas.
Y en ese mismo orden de ideas, al responder a una presunta sobre el tema racial añadió: «somos lo que somos con nuestros diferentes colores. Creemos que nuestra diversidad es, de hecho, nuestra mayor fortaleza como nación».