El Cairo, 16 feb (PL) Egipto observa hoy una semana de luto nacional por la decapitación de 21 de sus súbditos cristianos según imágenes filmadas en las que un enmascarado anuncia más venganzas a nombre de Estado Islámico (EI).
La filmación muestra cuando hombres embozados y vestidos de negro cortan el cuello de varias personas como respuesta a la supuesta detención por la clerecía copta egipcia de una cristiana convertida al Islam.
Mientras apuntaba a la cámara con una daga, el narrador de la filmación, que habla en inglés, añadió que «la sangre de los cruzados se mezclará con el mar en el que ustedes sepultaron al sheikh Osama bin Laden, en alusión al creador de la red Al Qaeda con apoyo de la CIA estadounidense.
El presidente egipcio, Abdel Fattah El Sisi, convocó una reunión de urgencia del Consejo Nacional de Defensa (CND), aún en curso, tras la cual difundió una alocución al país en la cual advirtió que se reserva el derecho a responder a los asesinatos.
Familiares de los 21 egipcios se congregaron el sábado pasado frente al Sindicato de Periodistas en el centro de esta capital en demanda de la intervención del Gobierno y en particular de El Sisi, para salvar la vida de sus allegados.
La venganza ocurrirá en el lugar y el momento adecuados y será decidida por el CND, integrado por los ministros de Defensa e Interior y los mandos de los órganos de inteligencia castrense y civil, subrayó el mandatario.
El enunciado abre la puerta a una incursión castrense en Libia, que colinda con Egipto por el oeste, donde EI ocupa por lo menos dos ciudades desde el año pasado, poco antes de que un grupo islamista egipcio, Ansar Beit Al Maqdis, le jurara lealtad.
Libia está sumergida en el caos desde el derrocamiento en 2011 por una agresión de la OTAN del Gobierno liderado por Muamar Gadafi.
En un hecho separado, el canciller egipcio, Sami Chukri, partió hacia la sede central de la ONU en Nueva York «para poner a la comunidad internacional ante su responsabilidad» respecto al hecho, que conmueve a la sociedad egipcia.
Los egipcios decapitados por EI son campesinos pobres del sur egipcio que viajan a Libia para realizar labores manuales y remesar fondos a sus familiares.