Moscú, 22 feb (PL) El ex primer ministro Nikolai Azarov afirmó estar dispuesto a aglutinar las fuerzas opositoras capaces de contrarrestar al actual régimen en su país, a un año hoy del golpe de Estado que cambió el rumbo de Ucrania.
Azarov (2010-2014) se pronunció así al intervenir en el programa Derecho a saber, del canal federal ruso TV Centr, dedicado al año de los convulsos acontecimientos en Kiev, que derivaron en el derrocamiento del presidente Víktor Yanukóvich.
Estoy dispuesto a reunirme con personas profesionalmente competentes, con conocimientos y experiencia, para crear ese tipo de agrupación, capaz de hacer frente al régimen antiucraniano, expresó el extitular del gabinete.
Se refirió a la conformación de lo que denominó un gobierno «en el exilio» que represente los intereses de la oposición, la cual, como dijo, se vió forzada a abandonar su país, tras el golpe de Estado del 22 de febrero de 2014, con apoyo de sectores ultranacionalistas y oligarcas.
Insistió en la necesidad de crear ese tipo de órgano representativo que pueda ofrecerle al pueblo ucraniano un punto vista alternativo y diseñar una concepción del desarrollo del país.
A un año de los sucesos que condujeron a un cambio violento del poder en Ucrania, Azarov consideró que transcurrió un período difícil durante el cual «se desplomó el estado ucraniano y un gran país».
Recordó que la exrepública soviética pasó en los últimos 20 años por cuatro golpes de Estado, incluido el de 2004 (la denominada revolución naranja), pero el ocurrido el 22 de febrero de 2014 fue el más sangriento de todos, dijo.
Sobre las posibilidades para el gobierno anterior de revertir el escenario golpista de los opositores pro occidentales, ahora en el poder, el ex primer ministro comentó que mientras Yanukóvich intentaba la búsqueda de un compromiso, en inútiles y prolongadas negociaciones, se armaban las tropas de choque.
En la fase final entraron en la escena del Maidán, en la plaza de Independencia de Kiev unos cinco mil combatientes armados y entrenados para enfrentar a los agentes del orden público.
Esos elementos no encontraron resistencia para acometer el plan de ocupación de la administración presidencial y la Suprema Rada (parlamento), pues el presidente nunca ordenó la salida del Ejército, dijo.
Aseguró Azarov que no intentaba minimizar su responsabilidad por lo acontecido en su país, y consideró un error suyo no haberse percatado a tiempo que una «decisión técnicamente económica» acarrearía consecuencias políticas desastrosas.
Tras complicadas negociaciones con la Unión Europea, el gobierno ucraniano anunció a fines de noviembre de 2013 que aplazaba un acuerdo de asociación comercial con el bloque a causa de circunstancias difíciles para la economía ucraniana.
En respuesta, los partidos opositores pro occidentales movilizaron de inmediato una ola de protesta nacional que tuvo eco en quienes veían frustrados sus sueños de integración europea, a cualquier precio.
La presencia de los combatientes ultranacionalistas y de francotiradores -para incriminar a las autoridades- fue decisiva en el desenlace violento del escenario ucraniano, entre el 18 y 20 de febrero. Más de 75 personas fueron asesinadas en Kiev.