Estudio revela reducción en capacidades de fuerzas armadas EE.UU.

Washington, 25 feb (PL) Las fuerzas armadas de Estados Unidos perdieron su capacidad para combatir en dos grandes conflictos de forma simultánea, lo que significa una reducción significativa de las posibilidades que mantuvieron durante décadas, señala un informe publicado hoy.
El Índice 2015 del Poderío Militar norteamericano, elaborado por la Fundación Heritage, uno de los llamados tanques pensantes con sede en esta capital y muy vinculado al Departamento de Defensa, concluyó que esto se debe a una disminución en los niveles de equipamiento y eficiencia de los servicios armados.
Esa capacidad fue alcanzada durante la Guerra Fría, cuando Washington participaba en un compromiso bélico de altas proporciones cada 15 o 20 años y a la vez mantenía tropas terrestres en otras regiones para garantizar la superioridad contra posibles agresores.
Esa estrategia, que ahora no es factible según el estudio de Heritage, posibilitaba a Estados Unidos derrotar un adversario en un conflicto, al mismo tiempo que neutralizaba las acciones de otro enemigo en un teatro de operaciones independiente.
«El declive persistente en el financiamiento y la consiguiente reducción de las fuerzas ponen a los militares estadounidenses bajo una presión significativa», señala el estudio.
El texto añade que son diferidos los servicios de mantenimiento programados para la técnica y el armamento, buena parte de la cual sigue en servicio a pesar de largos años de explotación.
Además, las tropas pasan por despliegues operacionales en ultramar con mayor frecuencia y por períodos más largos, en particular los buques de combate y las unidades de las Fuerzas de Operaciones Especiales, agrupaciones élites del Pentágono.
«Los efectos acumulativos de tales factores provocaron que el estamento castrense norteamericano pueda cumplir con limitaciones las exigencias de defender los intereses vitales de Estados Unidos», concluye el documento.
A pesar de los planteamientos del estudio de la Heritage, la Estrategia de Seguridad Nacional, firmada por el presidente Barack Obama y presentada a principios de febrero, ratificó el uso de la fuerza como opción de primer orden en las intenciones hegemónicas globales norteamericanas para los próximos años.
El documento afirma que este país utilizará su poderío bélico de forma unilateral cuando considere amenazados sus intereses y los de sus aliados, estén en peligro las vidas de los ciudadanos y como instrumento esencial de apoyo a la diplomacia en cualquier lugar del mundo.
Obama solicitó recientemente al Congreso una autorización para el uso de la fuerza militar contra el Estado Islámico, que de ser aprobada por los legisladores daría al mandatario un término de tres años para continuar los ataques contra los yihadistas en Siria e Iraq y si fuera necesario expandirlos a otros países.

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