(Agencias) Una revisión hemerográfica realizada revela que un tercio de los asesinatos de políticos ocurridos en la última década han sido cometidos en Guerrero y Michoacán.
En esta región engarzada por Tierra Caliente han sido ejecutados siete diputados, siete regidores, seis síndicos, tres candidatos a legisladores, diez presidentes municipales, ochos ex alcaldes, un candidato a regidor y un candidato a alcalde, por lo que estos dos estados son los más peligrosos para ejercer o aspirar a un cargo de elección popular.
De acuerdo con el periódico El Universal, la fiebre de violencia política de la región comenzó en 2005, registrando picos de criminalidad en 2008, 2010 y 2013. Veintitrés de estos homicidios han ocurrido en el estado de Michoacán y 20 en Guerrero.
José Luis Domínguez Rodríguez, doctor en investigación social por la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso) dice que esta violencia es el resultado de los intentos del crimen organizado por “llegar a la acción de gobierno a través de la acción política”, primero “comprando campañas completas con todo y candidato, para simplificar la negociación, en lugar de ir comprando la policía, los mandos de seguridad, el Ministerio Público, etcétera”.
“Lamentablemente hay lugares donde no es un elemento incidental, sino estructural, con niveles de reproducción rutinaria y alta capacidad para colonizar los partidos políticos, que se expresa en un rango de prácticas muy variadas, pues no es lo mismo dar una gorra y una playera en un mitin, que ofrecer una Hummer”, considera Víctor Alarcón Olguín, presidente de la Sociedad Mexicana de Estudios Electorales e investigador en el área de procesos políticos de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM).
Cabe destacar que la revisión hemerográfica realizada por el rotativo señala que el último año sin asesinatos de políticos en Guerrero y Michoacán fue en 2004.