Washington, 9 mar (PL) El Congreso estadounidense tiene a partir de hoy apenas una semana para aprobar una nueva extensión del límite de la deuda pública, pues el Gobierno perderá su autoridad de recibir nuevos préstamos el 15 de marzo próximo.
La situación coincide con la existencia de una apretada agenda en el Senado con temas que van desde la solicitud del presidente Barack Obama para el empleo de la fuerza contra el Estado Islámico, el conflicto en Ucrania hasta la confirmación de funcionarios federales designados por el mandatario.
El debate también tiene lugar en momentos en que, según el diario Roll Call, especializado en temas legislativos, la Cámara de Representantes estará en receso prácticamente durante toda esta semana.
Al respecto, el líder de la mayoría republicana en el Senado, Mitch McConnell, dijo la víspera que hará todo lo posible para que las agencias federales mantengan el financiamiento que necesitan y no se vean obligadas a cesar sus funciones por falta de recursos.
En ese sentido, el secretario del Tesoro, Jack Lew, advirtió la semana pasada al Capitolio que esa entidad tendría que tomar medidas de emergencia para evitar que el Ejecutivo sobrepase sus posibilidades de gastos.
Aunque el tope de 18,1 billones de dólares del débito público fue suspendido temporalmente por ley en 2014, ahora volverá a tener vigencia al vencerse el plazo de esa legislación en la medianoche del próximo domingo, a menos que haya un acuerdo al respecto.
En octubre de 2013 hubo una situación similar por contradicciones entre la Casa Blanca y el Capitolio, que provocó el cierre parcial de las principales agencias gubernamentales durante 16 días.
«Solo el Congreso tiene facultades para incrementar la capacidad del Gobierno para recibir nuevos créditos, espero que lo haga sin controversia y aumente el límite de la deuda lo más pronto posible», pidió Lew en una carta a los legisladores.
Al respecto, la líder de la minoría demócrata en la Cámara de Representantes, Nancy Pelosi, demandó este fin de semana a sus colegas a actuar pronto, tras advertir que si el Gobierno cae en una crisis por falta de capacidad de pago de sus deudas, habrá consecuencias catastróficas para la economía nacional.
El Congreso estuvo muy cerca en semanas recientes de provocar un cierre parcial del Departamento de Seguridad Interior, debido a que los republicanos vincularon la aprobación de los fondos a esa agencia federal, a la eventual eliminación de las órdenes ejecutivas del presidente Barack Obama sobre inmigración.