Los teatros se han convertido en espacios demagógicos: Gabriel Pascal

Por Huemanzin Rodríguez

No hemos visto ese proyecto social que debería tener el arte para pacificar a distintos estados, como era la propuesta, se habla de tejido social, de cohesión, pero ¿qué quieren decir con eso? No acabamos de entender esos términos que quedan como demagogia. Nosotros lo que sí creemos es que urge insertar valores, reflexiones sobre lo que está pasando en el país para transformarlo, no nos merecemos esto.

(N22)En enero de 2015, durante el homenaje a David Alfaro Siqueiros, la directora del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA) María Cristina García Cepeda, dijo a representantes de medios de comunicación que el 29 de marzo el Teatro Julio Jiménez Rueda, propiedad de Instituto de Seguridad y Servicios Sociales para Trabajadores del Estado (ISSSTE) y administrado por el INBA, cerraría sus puertas para ser demolido debido a daños estructurales.
En esa misma ocasión afirmó que las autoridades del ISSSTE estaban en la mejor disposición para que el Teatro Julio Jiménez Rueda abriera sus puertas en otro espacio. En febrero se dio a conocer que no será así y las necesidades se solventarían a través de tres teatros del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS).
El 25 de febrero un grupo de directores de teatro, actrices, atores, dramaturgos, críticos de teatro, escenógrafos, coreógrafos y promotores teatrales escribieron una carta abierta para dar a conocer su postura a las autoridades. El escenógrafo Gabriel Pascal, conversó al respecto con Agencia N22.
Nos parece gravísimo lo que pasa con nuestros teatros en general, particularmente con el Jiménez Rueda que, a sabiendas que es un predio que se iba a entregar, no hay una planeación para restituir el teatro. Y pretenden echar a andar tres teatros para solventar el vacío, en las cuentas, no nos da el teatro que va a faltar. Y nos parece que no coincide con la función sustantiva de las instituciones y tiene que ver también con la rendición de cuentas y con la falta de transparencia en el país, explicó.
Ése es el reclamo principal. “Que no hay cuidado hacia la infraestructura y da la sensación de que el arte no importa. Los recortes presupuestales mayormente son para el arte porque no hay una voz que diga cuál es la importancia del arte en un país, particularmente en lo momentos por los que pasar el país. Nosotros pensamos que es el momento de decir basta.
En la carta abierta también se refieren al Teatro Casa de la Paz, custodiado desde hace 30 años por la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), y que está cerrado desde hace más de dos años debido a daños estructurales. En 2014 la Cámara de Diputados le dio a la institución educativa un presupuesto de 5 millones de pesos etiquetados para ese espacio, pero las autoridades de la universidad no hicieron nada.
La UAM es el mismo caso – denunció Pascal- su ley orgánica dice que una parte fundamental de la institución es la difusión del arte y la cultura. Y tampoco hay una voz ahí dentro, el IMSS tiene una red de teatro que fue muy importante y está en el abandono total. Y en los teatros de la ciudad, hay un teatro en las Vizcaínas que lleva años cerrados y van a poner una maqueta ahí. Hay una incomprensión total hacia la importancia del arte en nuestra sociedad. Y particularmente pensamos que, ante el fracaso de los partidos políticos, de las instituciones, de la educación ahora es fundamental el arte como un creador de valores.
“Es que eso es increíble, que ya no hay una diferenciación de los partidos políticos. Ya no hay una izquierda, un centro, una derecha. Todos tienen la misma actitud frente al arte. Y me parece que es una total falta de conocimiento de su importancia”
En el México posrevolucionario se fraguó un concepto de salud pública que consideraba a la cultura y al deporte de la mano del bienestar, la prevención y la salud. Para ello fueron construidos centros deportivos y teatros, algunos de ellos aún en manos de IMSS. Pero en las últimas décadas se les ha dejado en el abandono e incluso, a principios del siglo XXI, el entonces presidente Vicente Fox, propuso cerrar varios teatros para convertirlos en estacionamientos. No lo logró por la presión social. Pero tampoco mejoró la situación de los teatros.
 
¿Qué nos da el arte como experiencia de vida? Parte de la identidad, sentido de pertenencia, es fundamental. La parte intangible del arte tampoco la comprenden, todo se vuelve números. No hay una manera de valorar la importancia de estos bienes. ¿Y el derecho a la cultura? ¿Dónde está? Esa gente que se va a quedar sin asistir al teatro. No hay una defensa a esos principios, a los Derechos Humanos de los que tanto hablamos. Parece que se olvidan. Eso es lo que estamos defendiendo de fondo, nuestro derecho al arte y la cultura, añadió.
Los Teatros tienen vocaciones, sentidos políticos y sociales. No se ve lo mismo en el Teatro San Rafael que en los teatros del INBA, la UNAM o la UAM.
¿Pueden otros teatros conservar la vocación del Jiménez Rueda?
Nos parece que no, lo que van a hacer es revitalizar tres teatros que debería estar vivos por la institución responsable, el IMSS y eso no le toca al INBA, lo que vamos a tener es un teatro menos. La pregunta es ¿en esta vocación de las instituciones, qué pasa con el público y la gente que asiste? Porque es un teatro con un objetivo sin fines de lucro. Que da a conocer nuestro arte del teatro, un arte del ser humano fundamental donde se dan lecciones de vida. No piensan en el público.
¿Cuál es la necesidad de ese público? ¿Cómo vamos a atender a ese público? No se resuelve con tres teatros, va a generar más burocracia y en esta época donde hay recortes al presupuesto, entonces la función sustantiva no se va a llevar a cabo. Estamos frente a instituciones equivocadas. Fallidas, finalmente, en un estado fallido. Donde no saben dónde recortar.
¡Veamos la productividad! Nosotros sugerimos que les recorten a los partidos políticos. Que les recorten a sus celulares, los seguros de gastos médicos mayores, tienen una prestación para ir al ISSSTE como la mayoría de los trabajadores del Estado, que los Partidos políticos dejen de burlarse de nosotros, los senadores cediendo 100 pesos mensuales. Es una mentada de madre eso.
O que les quiten esos presupuestos etiquetados de cada año que manejan discrecionalmente sin ningún criterio cultural o artístico, más bien con criterios de componendas y falta de transparencia. Ésa es nuestra propuesta, que el recorte no sea al arte una vez más.
Eso también pasa en las universidades, le recortan a la difusión cultural para, según ellos, dárselo a la academia. Pero no ha resuelto los problemas fundamentales de la universidad. Es hora de cambiar, no recortar ahí, ver sus efectos y darle la importancia que necesita el país.
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El miércoles 11 de marzo a las 11 de la mañana, cerca de 200 trabajadores del Instituto Nacional de Bellas Artes se manifestaron frente a las oficinas del INBA, en protesta por la demolición del Teatro Jiménez Rueda.
El viernes 13 se dio a conocer que autoridades del ISSSTE no han permitido el peritaje completo del inmueble y se cree que puede estar en buenas condiciones y no ser necesaria su demolición.
“Pareciera que gobiernan para muy poca gente, pareciera que gobiernan para administrar una crisis o para pagar favores para llegar al poder. Eso es lo que tiene que cambiar, eso es lo que no podemos seguir permitiendo. Y yo creo que el arte ahí debe jugar un papel importante”.
¿El arte como agente de cohesión social?
Para Pascal, si lo es, pero ese se quedó en un discurso demagógico, porque no hemos viso que se esté acercando el arte a las comunidades que se encuentran en zonas de riesgo a donde se ha llevado esa campaña federal. No hemos visto ese proyecto social que debería tener el arte para pacificar a distintos estados, como era la propuesta, se habla de tejido social, de cohesión, pero ¿qué quieren decir con eso? No acabamos de entender esos términos que quedan como demagogia. Nosotros lo que sí creemos es que urge insertar valores, reflexiones sobre lo que está pasando en el país para transformarlo, no nos merecemos esto.
La situación de los teatros es similar y en muchos lugares peor, en los estados que integran este país. Los teatros estatales o municipales son los escenarios del poder en turno y no cuentan con infraestructura, directores artísticos, ni programación. En todo caso son los allegados al poder quienes los ocupan. Pero la gran mayoría de teatros está subutilizado y con equipamientos pobres u obsoletos.
Son los espacios para la demagogia, los teatros grandotes son para los informes del gobernador, para las asambleas sindicales, luego para comprar al teatro comercial en turno. Y no hay una labor hacia la gente, para darles otro tipo de espectáculos. Los artistas somos el vehículo para que el estado cumpla la misión de dar experiencia de vida y conocimiento”.
Para Pascal, apoyar es la obligación del Estado, pero la clase política no lo entiende, todo se queda en la estructura burocrática y los apoyos no llegan a quien deben de llegar. “Dicen que están subsidiando a artistas, no es cierto, aquí nadie subsidia a artistas”. El subsidio tiene que ir al público, tiene que llegar al agente que asiste ver todo esto, a quien le interesa esto.
“Estamos en un momento en donde se están saltando las componendas entre las autoridades, los  sindicatos, las instituciones, luego los narcotraficantes. No veo la parte democrática, no veo la vocación de preguntarnos ¿qué país queremos? Todo es una imposición”.
¿Qué otro teatro en la zona podría ofrecer el tipo de programación del Julio Jiménez Rueda?
Pues estaría cercano el teatro Hidalgo pero está muerto, el Teatro de la Ciudad está muerto. El Jiménez Rueda era sede de la Compañía Nacional de Teatro que se supone es la compañía estrella de la institución, que además estaba construyendo un nuevo público en esta etapa de la compañía. Podríamos estar de acuerdo o no con la Compañía Nacional pero sí le estaba llegando a quien tenía que llegar, cumplía su función. Y ahora no lo van a cumplir ni el Teatro Legaria, el Isabela Corona o el Julio Prieto.
En la cuenta nos va a seguir faltando un teatro. Y pareciera que no importa, nosotros preguntamos ¿desde cuándo saben que van a perder el teatro? ¿Qué el terreno se vende? ¿Por qué no se hizo nada?Decirnos que el nuevo teatro Jiménez Rueda va a estar en otro lugar o ya lo terminamos. Tuvieron tiempo. Ahora no hay ni la voluntad política ni los recursos. Al menos ese es el pretexto.
El Teatro Legaria, el Isabela Corona y el Julio Prieto pertenecen al IMSS, están activos, ¿son los lugares para continuar la actividad del Jiménez Rueda?
No, pero además son teatros que se quedaron instalados en los años 60 y 70 porque no se invirtió en la infraestructura con fuerza para que se fueran modernizando los teatros. Ese es otro problema de nuestros teatros, no hay presupuesto para el equipamiento y darles el mantenimiento adecuado.
Es patrimonio de los mexicanos. Pero no lo ven como un patrimonio, más bien como un estorbo. Como esta decisión de dónde quito el dinero, y todo para conservar el poder. No hay pensamiento del bien común, no hay pensamiento colectivo.

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