Ante la creciente violencia contra las mexicanas que en los próximos comicios buscarán ser electas, un grupo de mujeres analiza la ruta a seguir para hacer frente a estas agresiones y garantizar que los partidos políticos postulen a 50 por ciento de candidatas a cargos de elección popular.
Luego del asesinato de Aidé Nava González, precandidata por el Partido de la Revolución Democrática (PRD) a la alcaldía del municipio de Ahuacuotzingo, en el estado de Guerrero, mujeres políticas y activistas llamaron a una reunión urgente para analizar cómo evitar más amenazas, llamadas intimidatorias o insultos contra las precandidatas y las abanderadas.
Congregadas en la sede del Instituto Nacional Electoral (INE), militantes y activistas de los estados de Querétaro, Morelos, Guerrero y Oaxaca, principalmente, revisaron qué estrategias seguir para evitar la violencia política de género, informó la ex diputada federal y actual integrante de la Red Mujeres en Plural, Martha Tagle Martínez.
A pesar de que las leyes generales de Partidos Políticos y de Instituciones y Procedimiento Electorales establecen la obligación a todos los institutos políticos de cumplir con la paridad de género en candidaturas (50 por ciento de abanderadas), estas elecciones están marcadas por un contexto de inseguridad para quienes contienden, advirtió la ex legisladora.
De acuerdo con Tagle Martínez, el asesinato de la precandidata perredista es una forma de violencia extrema, pero otro tipo de violencia es que los partidos impugnen la paridad aun cuando saben que van a perder ante los tribunales.
“Ellos tienen recursos, abogados y aparato de partido para ir y recurrir (impugnar)”, dijo al explicar que las mujeres libran una batalla jurídica con pocos recursos.
Destacó que estas estrategias partidistas son para que las aspirantes desistan de participar en los procesos, pues hay más casos de impugnaciones y quejas ante los organismos públicos locales electorales o ante los tribunales electorales locales, que buscan impedir o limitar las candidaturas femeninas.
Aunado a ello, agregó Martha Tagle, se suman las amenazas, presiones, coacciones y el hecho de que en algunas entidades a las mujeres las obliguen a “bajarse” de la lista, como otras formas de violencia política.
Por eso la activista consideró que es momento de que las precandidatas hagan alianzas y tomen estrategias para hacer frente a estas situaciones.
Fuente: Cimacnoticias