París, 18 mar (PL) El Gobierno francés parece hoy más dispuesto que nunca a «blindarse» contra el terrorismo, al menos así lo indican las más recientes medidas que atribuye al alto nivel de la amenaza contra este país.
Desde los ataques perpetrados en París en enero pasado, el Ejecutivo insiste en hacer de la lucha contra ese mal una de sus principales directrices, con el alegado objetivo de garantizar la seguridad nacional.
Así, cada vez extiende más los campos de dominio, al ir desde el aumento de la presencia de militares, el mayor control de las finanzas y de lo que se publica o expresa en el ciberespacio.
Las disposiciones más recientes están destinadas a luchar contra el financiamiento del terrorismo, en palabras del ministro de Finanzas, Michel Sapin.
Desde el 1 de septiembre próximo los consumidores no podrán pagar más de mil euros en efectivo en lugar de los tres mil permitidos actualmente.
En el caso de los turistas extranjeros, por ejemplo, el máximo que se les autorizará será de 10 mil euros, una cifra inferior a los 15 mil estipulados hasta el momento.
Sapin explicó que otra de las medidas se refiere a la vigilancia sistemática de los grandes retiros de dinero. Para ello, desde el 1 de enero de 2016, los bancos deberán informar al Ministerio de Economía todos los movimientos de fondos o comportamientos que les parezcan sospechosos.
A partir de esa fecha, subrayó, las casas de cambio deberán exigir un documento de identidad cuando una persona quiera cambiar más de mil euros.
Las nuevas medidas recogen también la obligatoriedad de declarar en la aduana si un individuo entra a territorio nacional con una maleta con billetes o una mercancía de valor como el oro, añadió el funcionario.
El deber de vigilancia de las instituciones financieras, en particular en la provisión de crédito al consumo, se fortalecerá, agregó.
El Ejecutivo también ultima detalles del arsenal legal para autorizar prácticas de espionajes. Para ello, presentará mañana ante el Consejo de Ministros un proyecto de ley de los servicios de inteligencia que brindaría más herramientas para luchar contra el terrorismo.
Los agentes podrán infiltrar y vigilar a potenciales terroristas utilizando diversas técnicas de espionaje con una autorización administrativa o incluso sin ella en caso de urgencia o riesgo inminente.
Las máximas autoridades del país decidieron la semana pasada mantener el despliegue de unos 10 mil militares en el territorio nacional por considerar que la amenaza de ataque terrorista contra el país permanece elevada.
La mayoría de los efectivos estarán destinados a la vigilancia y protección de sitios de carácter religioso particularmente amenazados.
La censura de sitios web cuando considera que hacen apología del terrorismo es otra de las medidas implementadas.
Desde el pasado 6 de febrero, por orden del Ejecutivo y sin control judicial, una autoridad administrativa tiene la potestad para demandar a los proveedores de los servicios de Internet, el bloqueo de portales que consideren promueven actos de ese tipo.
Analistas advierten sobre la posibilidad de que los mencionados atentados sean utilizados para intentar justificar determinadas acciones como la intervención en conflictos armados en el exterior.
También consideran hasta cierto punto contradictorio que el Gobierno adopte este tipo de medidas cuando desde el primer momento calificó los ataques de enero como un atentado contra la libertad de prensa y de expresión.
Francia «se blinda» contra el terrorismo, Gobierno amplía el control
Por Masiel Fernández Bolaños