Acuse de recibo: "Bungalow 77" de Erick de Kerpel

Por Alberto Cruz

(N22) ¿Qué pasaría si el mundo de la mercadotecnia, de alguna manera, se mezclara con el mundo del narcotráfico?

Erick de Kerpel, publicista mexicano, propone en su primera novela una historia donde ambos mundos convergen para formar una trama cautivadora. El protagonista, André Gavlik, también conocido como el Ruso, es un creativo publicitario que ha llegado a la cima de su carrera, sabe perfectamente que ya no puede subir más, se siente estancado, sus manías obsesivas lo persiguen mientras intenta combatirlas con ansiolíticos y whiskey, está aburrido de su propia vida y espera encontrar algo que lo saque de esa monotonía.
El Ruso ha dado mayor importancia a su trabajo que a su propia vida y con ello ha descuidado sus relaciones familiares con Constanza, su ex esposa, y su hija Katya. La situación da un giro cuando personal de un ingenio azucarero contacta la agencia donde trabaja en busca de un nuevo proyecto, el Ruso piensa que será otra campaña más como cualquiera, sin embargo parece que será algo más importante.
El cártel más sanguinario del país, haciéndose pasar por este ingenio azucarero, quiere contratar los servicios de la agencia para lavar la mala imagen que se tiene del narco. Tanto su jefe Matías, como André, aceptan el reto de llevar a cabo esa campaña, después de un adelanto económico nada detestable.  A partir de ese momento es cuando el desastre comenzará a cambiar las tranquilas vidas del equipo publicitario para introducirlos en un campo completamente desconocido, que incluye los excesos de los narcos, la complicidad de la policía, la prostitución y otras actividades relacionadas con el crimen organizado.
En busca de ideas que puedan funcionar para llevar a cabo la campaña los personajes se someten a grandes presiones y se ven acorralados cuando la primera idea es rechazada y deben buscar una nueva estrategia. El miedo es latente a cada momento que avanza y las situaciones que viven solo incrementan la curiosidad del lector por saber que sucederá.
Bungalow 77podría considerarse como una sátira al mundo de la publicidad y la mercadotecnia o un simple reflejo de lo que realmente es.
Aunque en un principio se pueda pensar que al narcotráfico no le importa ese sector, la historia es tan coherente que podría suceder o, quizá, ya sucedió y no nos hemos dado cuenta. El cinismo con el que se manejan los personajes, anclado al humor negro que inyectó el autor al escribirlo, hace de esta narrativa una experiencia donde el lector se formará un juicio propio, se sentirá dentro de la historia y reirá con las ocurrencias de los personajes. Escrito de manera fluida el autor aporta sus experiencias profesionales y lo une a una problemática nacional como es el narcotráfico.

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