Washington, 24 mar (PL) La candidatura a la presidencia de Estados Unidos del senador Ted Cruz pudiera convertirse en un serio obstáculo para los planes republicanos de retornar a la Casa Blanca.
El político se convirtió este lunes en el primero en anunciar oficialmente su precandidatura entre los posibles aspirantes de ambos partidos, con un mensaje eminentemente conservador que abrió amplias interrogantes sobre sus posibilidades reales de triunfo.
Sin mucha demora, amplios sectores de la comunidad latina en el país rechazaron los planes de legislador texano, conocido por sus posiciones antiinmigrantes y su rechazo a las acciones ejecutivas del presidente Barack Obama.
Los planes del político de convertirse en el primer presidente hispano de la historia de la nación sin duda tropezarán con una comunidad cercana a los 70 millones de personas y que en comicios presidenciales actúa como un voto «bisagra» y movería su apoyo hacia los demócratas, indican comentaristas políticos.
«La única política de Ted Cruz que los latinos escuchan es que quiere acabar con DACA (Acción Diferida) para los soñadores, bloquear DAPA para nuestros padres y obstruir la reforma migratoria durante más años», destacaron activistas del grupo Dream Action Coalition.
El llamado partido rojo está apremiado desde hace años para que mejore sus relaciones con los hispanos si quiere retomar el rumbo victorioso hacia la Casa Blanca, y al menos alcanzar un 40 por ciento de sus votos, cifra estimada como necesaria para ganar una elección.
Al respecto, Lindolfo Carballo, director para Virginia de CASA in Action, dijo en un comunicado que escoger a candidatos como Cruz no es una receta para la supervivencia (de los republicanos) por sus posiciones antilatinas y antiinmigrantes.
Una encuesta de octubre de 2014 de la organización Latino Decisions mostró que solo el 24 por ciento de los votantes hispanos registrados consultados votarían por el senador texano.
Durante el anuncio oficial de su aspiración a lograr la nominación republicana para los comicios de noviembre de 2016, en Liberty University en Lynchburg (Virginia), Cruz mostró sus valores conservadores extremos.
Muy pocos moderados lo apoyarán, y por eso está tratando de lograr una victoria entre los evangélicos y los del Tea Party, los más conservadores del partido, dijo al diario La Opinión, de California, Larry Sabato, profesor y analista político de la Universidad de Virginia.
Por otra parte, analistas políticos citados por el diario The New York Times enumeran algunas cualidades del senador que poco ayudarían a los planes republicanos de retornar a la Oficina Oval.
Cruz es el reflejo de un advenedizo brillante y extraordinariamente ambicioso, según lo caracteriza un artículo del Times al valorar sus posibilidades de victoria.
Su temprano anuncio para la liza por la nominación republicana, además, es vista por expertos en elecciones como un intento para aprovechar un momento políticamente oportuno para su beneficio personal.
En su contra también está fresca la batalla en el Congreso cuando ayudó a orquestar una estrategia republicana que finalmente cerró el gobierno federal durante 16 días en 2013, algo que provocó la ira de muchos estadounidenses sin importar su tendencia.
A su favor fuentes partidistas dicen es que una figura política formidable para la base republicana que se movió a la derecha después de la ola del Tea Party de 2010.
Por otra parte, su paso por Congreso no es nada formidable pese a la gran publicidad que tiene. De hecho no se le considera un promotor de leyes e iniciativas. El patrocinó o co-patrocinó 112 proyectos de ley, y apenas uno se convirtió en ley.
A lo interno del partido rojo, esta candidatura puede ser bien vista por los más conservadores, los apegados al Tea Party, pero los más pragmáticos pueden considerarla como un serio escollo al plan de ganar en 2016 la Casa Blanca, según comentaristas políticos.
Cruz: una piedra en el camino republicano hacia la Casa Blanca
