Menéndez: amistad o corrupción

La Habana, 2 abr (PL) La acusación por corrupción contra el senador demócrata por New Jersey Robert Menéndez, pone en tela de juicio alegatos del político de que se confunde la amistad con la corrupción y que el no hizo nada.
Medios de prensa destacan hoy que el legislador enfrenta 14 cargos de corrupción, porque presuntamente hizo muchos favores políticos a su amigo íntimo del sur de la Florida y acaudalado benefactor, el doctor Salomon Melgen.
Fiscales federales en un grueso encausamiento presentado en el llamado Estado Jardín, donde creció en politica Menéndez, lo acusaron de aceptar regalos y donaciones políticas de Melgen por un valor de cerca de un millón de dólares, a cambio de favores políticos entre enero de 2006 y enero de 2013.
Menéndez usó su oficina para favorecer los intereses personales y financieros de Melgen, incluyendo intervención para ayudarlo en una disputa por un multimillonario contrato portuario con el gobierno de la República Dominicana.
Ambos conspiraron para beneficiarse y enriquecerse a través de sobornos, y
Menéndez intercedió por Melgen en una disputa del médico por presuntos sobrecargos al sistema de «Medicare» por un monto de cerca de 8,9 millones de dólares.
Menéndez presuntamente intervino en los trámites de visas de turismo de estudiante para tres «novias extranjeras» de Melgen, y la hermana menor de una de éstas.
También aceptó de Melgen siete viajes en avión para él o sus invitados a la República Dominicana, donde en ocasiones se hospedaron en la «Casa de Campo» del médico, en el centro turístico La Romana.
Por su parte, Melgen pagó en abril de 2010 tres noches de hotel para Menéndez, por un total de cuatro mil 934 dólares, en un lujoso hotel en París, donde el senador presuntamente tuvo un encuentro con una mujer con la que mantenía una «relación personal».
Menéndez solicitó y aceptó de Melgen «centenares de miles de dólares» en donaciones a entidades que se beneficiaron de su campaña de reelección al Senado en 2012.
El senador nunca reportó, como exige la ley, las donaciones y regalos de Melgen en sus informes financieros entre 2007 y 2012, y usó su cargo para tratar de impedir que el gobierno federal donara equipos de vigilancia de contenedores marítimos a la República Dominicana, porque eso perjudicaría un contrato de Melgen.
Al respecto de estos cargos, la subsecretaria general de Justicia Leslie R. Caldwell dijo en un comunicado que «la corrupción gubernamental -en puestos electos a cualquier nivel- socava la confianza del público y debilita nuestro sistema democrático».
Menéndez es el duodécimo senador federal en ejercicio de su cargo que es encausado. El último fue Ted Stevens, republicano de Alaska que fue convicto en el 2008. El Departamento de Justicia desestimó luego el caso, admitiendo que habían ocultado pruebas clave, pero no antes de que Stevens perdiera su escaño del Senado en una reñida elección.
Según The New York Times, la investigación federal del político de New Jersey tiene 61 páginas y es «mucho más amplia y grave de lo que se conoce públicamente».
El senador también fue acusado de conspiración y falso testimonio, añade, sin dejar de considerar que puede ser el peor escándalo que involucra a un comite de acción política en el país.
Los fiscales describieron que las oficinas de Menéndez en el Capitolio eran un centro de actos de corrupción, por no decir un antro, y que este utilizó a su jefe de personal para solicitar donativos del doctor Melgen, averiguar lo que quería a cambio y asegurarse de que sus pedidos fueran cumplidos.
Menéndez es el primer senador en enfrentar cargos federales de soborno desde que otro demócrata de Nueva Jersey, Harrison A. Williams, fue acusado en 1980 como parte de la investigación de corrupción federal conocida como Abscam.
Según el diario The Washington Post, la oficina del legislador anunció que renunciaría temporalmente a su cargo como el demócrata de mas alto rango en el Comité de Relaciones Exteriores del Senado, mientras enfrenta la acusación de los fiscales, aunque voceros de su entorno niegan que vaya a renunciar al asiento como senador.
Las imputaciones contra el congresista llevaron al diario The Star-Ledger, el más grande de New Jersey,  a pedir su renuncia. «El estado necesita un senador respetado que se centre en su trabajo, no un acusado  que pasa sus días defendiéndose de acusaciones creíbles de  corrupción y la recaudación de dinero para su defensa legal», plantea un editorial.
A inicios de semana, dijeron medios de prensa, el acusado buscó el apoyo del poderoso loby judio estadounidense en momentos en que su voto es importante para los demócratas en relación con importantes temas en debate como la búsqueda de un acuerdo nuclear con Irán.

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