Soldados romanos, apóstoles, discípulos y encapuchados que acompañan la representación de la Procesión del Jesús del Calvario dieron vida al Viacrusis del pueblo de San Juan Tlihuaca, uno de los más representativos en Azcapotzalco como parte de las celebraciones de Semana Santa, que reúne cada año alrededor de 3 mil personas.
Es Viernes Santo, el día más importante de estas fechas religiosas, así que los vecinos se dieron cita como ocurre desde hace más de 60 años, en la entrada de la parroquia de San Juan Bautista, que data desde hace más de 400 años, para recordar la Crucifixión de Jesús, pasaje bíblico representado por el grupo llamado Hermandad de Nuestro Hermano Jesús, conformado por 150 personas.
“Jesús, la Virgen María y San Juan Bautista son los únicos que no se representan por respeto, por eso estas tres figuras hechas de cerámica y yeso salen de la iglesia a las calles del pueblo” declaró Marcelo Vázquez quien lleva 40 años de participar en este Viacrusis, lo que lo convierte en el más longevo en el grupo, dio vida a Poncio Pilatos.
El Jesús del Calvario vestido con túnica tornasol y un manto rojo, es la que lidera la procesión. La posición de sus brazos hacia enfrente y sus manos entre cruzadas lo hacen una de las piezas poco comunes de esta imagen en la capital.
Los encapuchados, que sobresalen de la multitud con sus altos gorros picudos de color blanco y negro son otra particularidad de este poblado. Son representados por niños, mujeres y hombres que van de entre los 10 hasta los 60 años y que cumplen una manda; llevan la cara cubierta ya que representan al pecado, pero el Sábado de Gloria se descubren para ser perdonados.
Los tambores y el sonido de una flauta anuncian el paso de la procesión conformada por alrededor de 80 personajes. Los creyentes rezan, colocan veladoras, cargan flores y algunos sólo caminan por las calles de Federico Gamboa, Manuel Salazar, Ramón Álvarez, Ahuehuetes, Rafael Alducin y las zonas habitacionales Francisco Villa, Presidente Madero y Miguel Hidalgo.
“Antes eran clásicos los tamales dulces de Judas, de frijol y mantenca, una tradición heredada por los tepanecas que regalaban únicamente este día. Las personas que los hacían ya murieron, así que esta tradición ya se perdió” dijo Marcelo Vázquez.
La multitud regresa al atrio de la parroquia de San Juan Bautista, la segunda edificada en Azcapotzalco. Es hora de sacar al Cristo Articulado, el más importante de la zona y llamado así por tener articulaciones para poder estirarle sus brazos y colocarlo en la cruz; se hace una oración y comienza la reflexión de las Siete Palabras.
A las 20:00 horas se lleva a cabo la Procesión del Silencio. Los habitantes hacen una caminata en las calles que rodean a la iglesia con la finalidad de orar y reflexionar sobre las buenas y malas acciones. Para el Sábado de Gloria habrá una misa a las 22:00 horas. Las familias y algunos adultos mayores pasarán la velada en el interior de la iglesia para rezar en la oscuridad hasta las 05:00 horas. Encenderán las velas para la ceremonia de la Resurrección.