Musica de Beethoven inspirada por los latidos de su corazón

(Agencias) Perspectives in Biology and Medicine, un grupo formado por investigadores de la Universidad de Michigan y la Universidad de Washington (que incluye un cardiólogo, historiador de la medicina, y musicólogo), analizaron varias de las composiciones de Ludwig van Beethoven en busca de pistas de una afección cardíaca, que se especula, pudo haber padecido.

Según los investigadores, Beethoven podría haber compuesto algunas de sus más grandes obras maestras siguiendo su irregular latido del corazón. Los cambios repentinos e inesperados en el ritmo y las claves de la música parecen coincidir con los efectos de la arritmia cardíaca, una enfermedad que al parecer Beethoven padecía.
 “Cuando el corazón late irregularmente por enfermedades del corazón, lo hace en algunos patrones predecibles. Pensamos que escuchamos algunos de esos mismos patrones en su música”, explicaron los expertos.
Los investigadores estadounidenses  afirmaron que los síntomas y la asociación común de un ritmo cardíaco anormal con tantas enfermedades hace que sea razonable suponer que
Beethoven experimentó arritmia y las obras puede ser electrocardiogramas musicales.
Por su parte en la conferencia «El electrocardiograma de Beethoven», que se efectuó el pasado jueves 9 de abril, en El Colegio Nacional, el doctor Adolfo Martínez Palomo, explicó que, desde el siglo XIX, se ha dividido la música de Beethoven en tres periodos creativos, etapas en la que se ha observado alguna relación con la sordera.
En biografías, prosiguió, “se describe una etapa exuberante del compositor cuando tenía 30 años y no tenía problema con la audición, después entre los 30 y 45 años ya existían muestras evidentes de que Beethoven trató de sobreponerse a la sordera y, finalmente, un periodo creativo que va desde los 45 hasta su muerte que coincide con la perdida completa de la audición”.
En la conferencia-concierto realizada en el contexto del Festival del Centro Histórico participó la pianista Farizat Tchibirova, quien ejecutó fragmentos de las obras del Cuarteto para cuerdas y de la Sonata No. 26 en mi bemol mayor Los Adioses, con las cuales Martínez Palomo ejemplificó la concordancia que existe entre obra y enfermedad.

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