Washington, 13 abr (PL) Los corales de aguas frías en el golfo de México sufrieron más con los dispersantes empleados que con el vertido de petróleo resultante del derrame en 2010 de un pozo de British Petroleum, dijo hoy una fuente científica.
A esa conclusión arribaron investigadores de las universidades estadounidenses de Temple, en Filadelfia; y Estatal, de Pensilvania, al comparar tres muestras de corales, una sana, otra afectada solo por el petróleo y la última con petróleo y el dispersante, reveló la revista Amazings.
El caudal de 4,9 millones de barriles de petróleo que se derramó acarreó un desastre ecológico. Pero los más de siete millones de litros de un tipo de químicos para su limpieza empeoraron de manera notable la situación para los corales de aguas frías, expresó el estudio.
Tales dispersantes, nunca antes aplicados en la profundidad océanica, fueron más tóxicos que el crudo, explicaron Erik Cordes y Danielle DeLeo, de la Universidad de Temple; e Iliana Baums y Dannise Ruiz-Ramos, de la Universidad Estatal de Pensilvania.
«Aplicar los dispersantes a dicha profundidad fue un experimento a gran escala y que se estaba haciendo en tiempo real», acusó Cordes al señalar que «fue un deseo de hacer inmediatamente algo en relación con la salida del petróleo del pozo, pero realmente no sabían lo que iba a pasar como resultado de ello».
El resultado combinado es peor que el del petróleo solo, concluyeron al referirse al mayor derrame en la historia de Estados Unidos.
El laboratorio de Cordes realizará estudios adicionales para intentar reproducir las concentraciones de petróleo y dispersantes a las que los corales fueron expuestos durante el vertido petrolero del Golfo.