México, 14 abr (PL) Basada en un cantar anónimo del siglo XVI, la ópera náhuatl Xochicuicatl cuecuechtli (Canto florido de travesuras), que aborda el erotismo, se anuncia hoy en México para los próximos días 24, 25 y 26.
La obra se presentará en el teatro del Centro Nacional de las Artes, ubicado en la ciudad de México, e incluye el acceso, una hora antes de cada función, a una conferencia magistral sobre ese cantar.
Su autor es el musicólogo y compositor mexicano Gabriel Pareyón (Jalisco, 1974), creador de una partitura en la que demoró tres años y que mezcla canto, danza, poesía y música con instrumentos prehispánicos.
El texto homónimo, compilado en el siglo XVI por Fray Bernardino de Sahagún, a través de sus escribanos mexicas, fue incluido en el libro Cantares mexicanos, reeditado en 2011 por Miguel León-Portilla, investigador emérito de la Universidad Nacional Autónoma de México.
Según León-Portilla «los Cantares mexicanos son composiciones escritas en náhuatl que transvasan lo que originalmente se comunicaba por la oralidad o por los códices con caracteres glíficos y pinturas».
En su opinión se llaman cantares porque estas composiciones en verso se recitaban y cantaban al ritmo del teponaztli (percusión de madera) o el huehuetl (tambor con membrana).
Fruto de sus investigaciones musicales, literarias y lingüísticas, durante una década, es el montaje de Pareyón, investigador titular del Centro Nacional de Investigación, Documentación e Información de la Música Carlos Chávez.
La obra narra el arribo del joven extranjero Tohuenyo, proveniente de Cuextlán, el país de los huastecos, quien seduce a las ahuianimeh o jóvenes «alegradoras» -compañeras de baile de los guerreros aztecas-, pero estas se divierten y luego lo abandonan.
De Sahagún las llamó alegradoras, porque el verbo ahuia significa alegrar en náhuatl.
Xochipilli, deidad mexicana de las flores, le hace un obsequio al afligido joven para que se alegre con su música.
José Navarro dirige la orquesta Kuauhkiauhtzintli (Lluvia de palos), a cargo de musicalizar esta obra en la que incluye sonajas y flautas, así como una danza de origen precolombino que se practica todavía en estados como Guerrero y Michoacán.
Esta puesta en escena será titulada en español, gracias a una versión libre y creativa de Pareyón, a partir del texto original y las traducciones hechas en 1956 y 2004.