Washington, 27 abr (PL) Estados Unidos y Japón aprobaron hoy nuevas directrices en sus relaciones militares que les permitirán aumentar la cooperación entre los dos países y elevar el papel de las fuerzas armadas niponas en operaciones bélicas internacionales.
El secretario de Estado norteamericano, John Kerry y el de Defensa, Ashton Carter, se reunieron este lunes en Nueva York con el canciller japonés, Fumio Kishida, y con el ministro de Defensa nipón, Gen Nakatani, como parte de las sesiones del Comité Consultivo bilateral de Seguridad.
Kerry señaló que el día de hoy marca el establecimiento de la capacidad de Japón para defender no sólo su propio territorio, sino a Estados Unidos y a otros países cuando sea necesario.
Esta revisión de los compromisos bilaterales es la primera que se realiza en casi dos décadas, y según el comunicado conjunto de los dos gobiernos, permitirá actualizar y promover una alianza más equilibrada y efectiva en las condiciones del siglo XXI. La declaración señala que Estados Unidos desplegó aviones antisubmarinos y aeronaves teledirigidas a territorio japonés en los últimos meses, y también basificará nuevas embarcaciones portadoras de sistemas antibalísticos en 2017.
Para ese año se instalarán en la nación asiática sistemas de radares y otros equipos con el fin de reforzar las capacidades anticoheteriles de las instituciones castrenses japonesas, como parte del Tratado bilateral sobre Cooperación Mutua y Seguridad.
El anuncio de estas nuevas pautas en los vínculos bilaterales en materia de seguridad tienen lugar un día antes de que el primer ministro japonés Shinzo Abe se entreviste en Washington con el presidente estadounidense Barack Obama, como parte de la visita oficial que realiza al país norteño.
Abe pronunciará un discurso el miércoles ante una sesión conjunta del Senado y la Cámara de Representantes del Congreso estadounidense.
El fortalecimiento de los vínculos entre Washington y Tokio se enmarca en la estrategia de la Casa Blanca de reforzar su presencia económica y militar en Asia Pacífico, enunciada por Obama en noviembre de 2011 durante una visita a Australia, y conocida como pivote asiático.
Esta política, que tiene componentes económicos, diplomáticos y militares fue denunciada por la República Popular China y el Gobierno norcoreano como un intento de Estados Unidos de afianzar su hegemonía en la región.