Las enfermeras en México conmemoran su día en medio de jornadas extremas de trabajo, falta de personal, violencia laboral, bajos salarios y la “tercerización” del empleo.
A propósito del Día Internacional de la Enfermera, que se conmemora hoy 12 de mayo, Cimacnoticias recolectó algunos datos oficiales que revelan la necesidad de mejorar las condiciones laborales de este gremio a pesar de las declaraciones de la Presidencia de México respecto a que esta profesión es la segunda “mejor valorada” del país.
De acuerdo con el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), el personal en las instituciones públicas de salud asciende a 741 mil 710 trabajadoras y trabajadores, de quienes 45.7 por ciento es personal de enfermería y 83 por ciento de este grupo son mujeres.
La cifra equivale a 2.6 enfermeras por cada mil habitantes, lo que marca un déficit de más de mil trabajadoras de la salud y ubica a México entre uno de los países que integran la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) con los índices más bajos al respecto.
A pesar de que 130 mil 266 enfermeras están en el nivel técnico de formación y 145 cuentan con un doctorado, el Programa de Profesionalización (que depende de la Secretaría de Salud) sólo tiene registradas a 18 mil 243 trabajadoras.
Por otro lado, 86 por ciento de quienes estudiaron enfermería tienen un trabajo relacionado con su formación; el 10 por ciento percibe 20 mil pesos, otro 10 por ciento, 3 mil pesos, y el resto gana en promedio 8 mil pesos, según el Observatorio Laboral de la Secretaría del Trabajo.
Pese a este salario (que de acuerdo con las enfermeras no varía con el paso de los años), más del 81 por ciento de las enfermeras tiene más de tres años en su empleo.
A lo largo de 2014 y principios de 2015, en diversas entidades de la República (como Oaxaca, Puebla y Guerrero) estallaron varios paros laborales y movimientos gremiales en los que se denunció la suspensión de salarios y violaciones a derechos básicos como la seguridad en el trabajo.
Como botón de muestra, durante el plantón que iniciaron trabajadoras en activo y jubiladas del Hospital General de México en agosto de 2014, afuera de la Secretaría de la Salud (Ss), se denunció la falta de personal, las jornadas excesivas, la ausencia de materiales y la vulneración de otros derechos, ya que, por ejemplo, durante una jornada de trabajo el personal llegaba atender hasta a 18 pacientes de gravedad.
Diversos informes de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) reportan que la enfermería es una de las profesiones en las que se deben instaurar con urgencia medidas de seguridad en el trabajo, ya que el personal sanitario experimenta distintos tipos de riesgos a su salud, como la exposición a enfermedades infecciosas, padecimientos relacionados con su profesión (como dolores musculares), estrés y violencia laboral.
A pesar de esta situación, el Estado mexicano se niega a ratificar el Convenio 149 de la OIT, sobre empleo y condiciones de trabajo y de vida del personal de enfermería.
Al mismo tiempo, la secretaria de Salud federal, Mercedes Juan López, se niega a modificar el Programa de Profesionalización para permitir que las enfermeras del sector privado y las entidades tengan oportunidad de ascender de puesto y ganar mejores salarios.
Además, Enrique Peña Nieto, titular del Ejecutivo federal, ignoró la carta que hace un año le envió el Consejo Internacional de Enfermeras (CIE) en la que le informan sobre diversas propuestas para revisar sus condiciones de contratación, toda vez que –según acusaron– el adelgazamiento al presupuesto en el sector impide la contratación de más personal, lo que permite que empresas particulares ofrezcan este servicio (“tercerización”) sin una regularización del empleo para su personal.
Fuente: Cimacnoticias