La policía local recibió una llamada después de las 8 a.m. en la que le solicitaban apoyo: había un enfrentamiento armado en una finca del occidente del estado de Michoacán y las autoridades federales necesitaban ayuda.
Un patrullero dijo que se dirigió a toda velocidad hacia el lugar con otros colegas desde una localidad a 20 minutos de distancia y al llegar escucharon disparos y vieron helicópteros militares y policiales que sobrevolaban la zona, en lo que se convertiría el viernes en la confrontación más cruenta con presuntos integrantes de un cártel delictivo ocurrida en fecha reciente en el país.
“Parecía un campo de guerra”, dijo el sábado el policía, que solicitó el anonimato para él y para todos los demás agentes en el lugar.
En el derramamiento de sangre fueron aniquilados 42 supuestos delincuentes en la finca conocida como el Rancho del Sol. En contraste, un agente de la policía federal perdió la vida cuando intentaba asistir a un compañero herido, dijeron las autoridades.
Por su parte, investigadores y funcionarios de derechos humanos trabajaban el sábado en el lugar, donde había estacionados autos patrulla de diversos organismos, en tanto que la policía vigilaba todos los accesos a la propiedad, incluso caminos de tierra que conducen a la finca de 112 hectáreas (277 acres).
Las fotografías tomadas en el sitio mostraban las cadáveres de hombres sin camisa y algunos sin zapatos que estaban esparcidos en los terrenos de la finca, ubicada en una región de Michoacán cercana a los límites con el estado de Jalisco, plaza fuerte del cártel Jalisco Nueva Generación, uno de los grupos del crimen organizado más poderosos y de crecimiento más veloz surgidos en los últimos años.
Algunos de los cadáveres yacían tirados al lado de fusiles semiautomáticos y otros en el campo, cerca de equipo agrícola y en un patio manchado de sangre en el que había ropa, colchones y bolsas para dormir, todo tirado en desorden.
En un video del enfrentamiento obtenido por The Associated Press se ven los disparos dirigidos contra los policías federales.
El comisionado nacional de Seguridad, Monte Alejandro Rubido, no identificó por su nombre al grupo delictivo pero señaló que tiene su asiento en el estado de Jalisco.
Funcionarios dijeron que el enfrentamiento ocurrió el viernes en la mañana cuando autoridades federales acudían al lugar ante la denuncia de que hombres armados pretendían apoderarse de la finca.
Las fuerzas federales que iban en camino detectaron una camioneta con personas armadas, las cuales abrieron fuego. Cuando las fuerzas del orden persiguieron a los individuos armados hasta la finca fueron recibidas con intensos disparos de otros atacantes, dijo el jefe de seguridad.
Las autoridades detuvieron a tres personas y decomisaron 36 armas semiautomáticas, dos armas cortas, un lanzagranadas que fue disparado y un fusil calibre .50, agregó.
Dijo que ocho vehículos también fueron incautados, seis de ellos quemados por un incendio en el interior de un almacén que creó una nube de humo negro que podía verse a kilómetros de distancia.
A pesar de la versión oficial, la escasa cifra de bajas federales ha suscitado dudas debido a un caso similar sucedido el 30 de junio en el Estado de México, donde el ejército dijo que 22 presuntos delincuentes murieron en un tiroteo con soldados, en el que sólo un efectivo resultó herido. Una investigación de The Associated Press reveló que muchos de los sospechosos fueron ejecutados después de que se rindieran en el lugar.
El experto en seguridad Alejandro Hope consideró “extraña” la versión del gobierno sobre lo sucedido en la finca. Hubo más muertos que armas recuperadas, subrayó. En algunas de las fotos parece que los cadáveres fueron movidos de lugar, agregó.
“Todavía hay muchísimas piezas oscuras de información”, declaró Hope, que trabajó antes para la agencia nacional de inteligencia de México.
El gobierno mexicano sufre una “falta grave de credibilidad” ante la población y necesita informar lo más rápido posible, dijo Guillermo Trejo, profesor de ciencias políticas que estudia asuntos de México en la Universidad de Notre Dame.
Desde esa matanza que cometió el ejército, la opinión pública duda de la versión del gobierno sobre la desaparición de 43 estudiantes de una escuela rural para maestros ocurrida en septiembre y de la muerte de más de nueve personas en enero en Michoacán, donde testigos dijeron que las personas antes de morir habían salido de sus vehículos y gritaban que no tenían armas.
El gobierno dijo en esa ocasión que las personas aniquiladas eran delincuentes que cayeron por fuego amigo.
“¿Fue esta una matanza o una confrontación? ¿Fueron ejecuciones ilegales o una operación de rutina?”, dijo Trejo sobre el derramamiento de sangre en la finca en Michoacán.
“Necesitamos hacer estas preguntas debido al historial largo y corto del gobierno inventando cosas y montando escenarios de combates y crímenes”, afirmó.
El enfrentamiento del viernes siguió a dos ataques sin precedentes del cártel. En uno de ellos, Jalisco Nueva Generación mató a 15 policías estatales, y en otro derribó un helicóptero del ejército con un lanzacohetes, en un hecho ocurrido por primera vez en México.
Un funcionario federal dijo el sábado que las zonas cercanas a la finca han sido en los últimos dos años baluarte de Jalisco Nueva Generación, que se ha ampliado al exterior de Jalisco y se ha convertido rápidamente en uno de los grupos del crimen organizado más poderosos de México.
El funcionario solicitó el anonimato porque no está autorizado para hacer declaraciones a la prensa.
La finca se ubica cerca de la localidad de La Barca, donde en 2013 las autoridades encontraron más de cinco decenas de cadáveres en fosas comunes vinculadas con el cártel de Jalisco. En 2014, hombres armados mataron al alcalde de Tanhuato.