México y Brasil son los motores económicos de Latinoamérica y tienen la obligación y responsabilidad de trabajar juntos por la unidad de la región, sostuvo el senador Miguel Barbosa Huerta.
En el marco de la sesión solemne con motivo de la visita de la presidenta de Brasil, Dilma Rousseff, el presidente de la Comisión Permanente del Congreso de la Unión reconoció y celebró los esfuerzos y resultados de su gobierno.
“Durante las últimas décadas, Brasil ha dado muchas lecciones al mundo, que se podrían resumir en la demostración de que es posible modernizar la economía y al mismo tiempo promover y garantizar los derechos sociales básicos de la población”, afirmó.
En ese sentido, consideró que tanto México como Brasil tienen el propósito de garantizar el ejercicio de los derechos sociales e individuales, la libertad, la seguridad, el bienestar, el desarrollo, la igualdad y la justicia.
Miguel Barbosa reiteró que por esa razón “nuestros países deben hacer a un lado las rivalidades regionales; no debemos desgastarnos en construir fronteras artificiales en materia económica o comercial; no considero pertinente que se hable de Centroamérica o Sudamérica como regiones y proyectos diferentes”.
El presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República agregó que ambas naciones comparten los grandes desafíos de combatir la desigualdad y lograr la justicia social.
“Hambre cero para Brasil, para México y para toda América; discriminación cero, para todas y para todos los latinoamericanos”, agregó.
Advirtió que si bien ambos países iniciaron su transición hacia la democracia y realizaron transcendentes reformas a sus economías en aspectos estratégicos, aún falta consolidar en la región una reforma correspondiente en el combate a la corrupción y a la impunidad.
En ese tenor, recordó que en México se promulgará la forma constitucional para crear el Sistema Nacional Anticorrupción, el cual es un avance significativo en esta materia.
“México y Brasil, por sus historias, poblaciones, gobiernos y papel que desempeñan en esta parte del mundo deben sumar esfuerzos para erradicar la corrupción, que impide el desarrollo pleno de nuestras naciones”, añadió.
Por su parte, la presidenta de la República Federativa de Brasil, Dilma Rousseff, aseguró que estrechar las relaciones entre su nación y México es positivo, no sólo para ambas naciones, sino para la región de América Latina, especialmente en el contexto actual de desaceleración económica mundial.
Sostuvo que ambas naciones tienen un profundo compromiso con la región a la que pertenecen y deben trabajar juntos a favor del desarrollo, de la inclusión social, de democracia y de la paz en América Latina y el Caribe.
Recordó que en los últimos 10 años el comercio entre ambas naciones se ha incrementado y con los acuerdos de colaboración firmados con el gobierno mexicano se implementarán medidas concretas para intensificar las relaciones con el fin explotar el potencial de las economías más dinámicas de América Latina.
La mandataria brasileña destacó que los parlamentos de México y Brasil tienen un papel muy importante en el proceso de acercamiento, pues en ellos se ven reflejadas la vitalidad de las fuerzas democráticas de ambas naciones.
Y aseguró que la colaboración no se limita a la dimensión económica, pues se trata de dos países con una amplia diversidad cultural y gran riqueza natural.
Dilma Rousseff destacó la participación femenina en la vida pública mexicana, la cual ha contribuido a construir México y dejó constancia de la integración de las mujeres en el combate a la violencia contra la mujer y la garantía de la igualdad en todos los ámbitos.