Una tonada verde para La Habana

Por Roberto F. Campos

La Habana (PL) Cada año las autoridades de la capital cubana buscan la protección medioambiental de la ciudad frente a los habituales embates urbanos, para lo cual un extenso parque significa la barrera apropiada.
A ese propósito se integra el Gran Parque Metropolitano de La Habana (GPMH) que, además de contribuir a preservar la naturaleza y los bosques, estimula paseos como la Excursión Ciudad y Naturaleza.
El GPMH constituye un cinturón verde de la capital y, aunque falta mucho por proteger y redimensionar, la idea disfruta de la gran aceptación de los lugareños, sobre todo entre los niños.
Incluye una excursión que recorre puntos relevantes integrados al Parque, con guías que ilustran sobre los lugares y la importancia de su preservación, lo que se conjuga con una corta fiesta infantil.
El paseo comprende el Parque Almendares, los Jardines de la Tropical, el Parque Forestal y el Jardín Botánico Nacional, lo que estimula el desarrollo de los conocimientos de una manera sumamente agradable, mediante un turismo instructivo y medioambiental.
El GPMH constituye un espacio verde dentro de la densa trama urbana, que comprende la exuberante vegetación y variada fauna, en un ambiente de belleza única.
La flora boscosa para la recreación y protectoras de aguas y suelos, se extiende por El Bosque de La Habana, el Parque Forestal, el Bosque del Nim, el de las Ceibas y el Sagrado de Pogolotti.
Los últimos se plantaron mediante el extensionismo forestal, con ayuda de la comunidad, y comprenden una amplia variedad de plantas.
En ellos se encuentran árboles como ocuje, laurel, jagüey, almendro de la India y la anacagüita. También aparecen el roble blanco, la caoba y el bambú, planta introducida para restablecer la faja forestal hidrorreguladora de los afluentes y el cauce del río Almendares.
El parque constituye un corredor biológico y hábitat de numerosas especies, aunque todavía es importante neutralizar actitudes depredadoras en quienes tratan incluso de atrapar a las ardillas existentes.
La fauna está compuesta por 24 especies de reptiles, de ellas 14 endémicas y ocho autóctonas, entre las que destacan la lagartija común y la verde.
De aves existen con 18 especies residentes y 29 migratorias, entre las cuales resultan significativas la garza blanca, la azul, el aguaitacaimán y el diminuto zunzún.
Disfrutan del medio 11 especies de mamíferos, entre ellas seis introducidas, como es el caso de la ardilla roja. También habitan cinco especies de murciélagos, entre ellos el frutero y el frugívoro chico.
Lo anterior se conjuga con proyectos comunitarios como los círculos de interés artístico, la Excursión Ciudad y Naturaleza, la atención a los adultos mayores y la celebración de fechas históricas y de fiestas tradicionales.
La lista de proyectos e iniciativas incluye un festival de la ciencia y la tecnología, el trabajo con escuelas de esos territorios y talleres, eventos, convenios con universidades, exposiciones caninas y otras muchas actividades.
El paseo comprende puntos de la ciudad desde donde se puede apreciar excelentes paisajes, apropiados para que se les fotografíe.
Se incluye asimismo el Mirador de La Puntilla, donde se estableció el segundo asentamiento de la Villa de San Cristóbal de La Habana, desde 1514 a 1519.
Su centro es el Río Almendares, con 52,3 kilómetros de largo y una cuenca de 359 kilómetros, conocido por los aborígenes como Casiguaguas, la Chorrera por los colonos españoles y Almendares en honor al Obispo de La Habana Enrique de Almendariz.
El eje principal del Parque se encuentra en sus últimos nueve kilómetros cuadrados, donde sobresale el puente Almendares, inaugurado el 15 de julio de 1910 y el primero de hormigón armado en Cuba, en este caso bajo la dirección de los proyectistas E.Klapp y W.J.Douglas.
El parque comenzó a construirse en 1959 y se inauguró el 25 de julio de 1961. A su lado, prácticamente, se encuentra el Bosque de La Habana, abierto en 1937, en 6,5 hectáreas, incluida la Isla Josefina, antes el nombre de la propietaria del lugar. Desde 2006 está propuesto como Paisaje Natural Protegido.
Estos caminos conducen a los Jardines de la Tropical, abiertos en 1904 y dedicados ahora a conciertos de música fusión, y que exhiben notable belleza arquitectónica y paisajística, aunque debe recuperar sus estructuras. El Parque Forestal, muy cerca de la conocida Ciudad Deportiva, data de 1871 y se le conocía como Casino Campestre, aunque en 1933 se transformó en la Escuela Nacional Forestal Conde de Pozos Dulces.
Le siguen los Jardines de La Polar (marca de cerveza cubana), con amplios espacios y salones, donde se efectuaron famosas romerías y fiestas populares, y que incluye el estadio donde por primera vez se jugó fútbol en Cuba.
Se suman la Presa El Husillo o Inicio de la Zanja Real, el primer conjunto hidráulico de importancia en el Caribe, creado por colonos españoles y que abasteció de agua a la ciudad desde 1592, durante 200 años.
El Parque Metropolitano se extiende por cuatro municipios de la capital cubana -Plaza de la Revolución, Marianao, Cerro y Playa- y constituye un interesante proyecto urbano, social y medioambiental que enaltece en el hombre de bien la actitud de preservar su entorno y disfrutarlo.

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