La Paz, 11 jul (PL) La visita de poco menos de 48 horas del papa Francisco a Bolivia acaparó titulares en la totalidad de los medios de prensa y centró la atención de millones de personas que siguieron sus acciones en El Alto, La Paz y Santa Cruz.
El Sumo Pontífice llegó al país en la noche del miércoles, procedente de Ecuador, y desde el primer momento, en la ciudad de El Alto, se ganó los aplausos de los presentes por sus declaraciones a favor de la familia y en busca del bien común.
Luego, en la Catedral Metropolitana, tras reunirse e intercambiar regalos con el presidente Evo Morales, Francisco volvió a referirse al tema de la familia e insistió en la necesidad de diálogo para resolver los problemas entre los Estados, en abierta referencia al diferendo marítimo entre Bolivia y Chile.
Al día siguiente, durante la clausura del II Encuentro Mundial de Movimientos Populares, Su Santidad dejó tareas a los representantes de organizaciones sociales de 40 países participantes.
La primera de todas, «decir no a una economía de exclusión, porque los seres humanos y la naturaleza no deben estar al servicio del dinero», y recordó que esos modelos económicos matan y destruyen la tierra.
La economía no debería ser un mecanismo de acumulación sino la adecuada administración de la casa común. Su objeto no es únicamente asegurar la comida o un decoroso sustento. Una economía verdaderamente comunitaria debe garantizar a los pueblos dignidad y prosperidad sin exceptuar bien alguno, remarcó.
Al mismo tiempo insistió en que la economía debe facilitar el acceso a la educación, la salud, la innovación, las manifestaciones artísticas, el deporte y la recreación, y debe crear las condiciones para que cada persona pueda disfrutar de una infancia sin carencia, tener derecho al trabajo y a una jubilación decorosa.
Por otra parte, pidió la unidad de los pueblos, los cuales, dijo, quieren ser artífices de su propio destino, sin tutelaje ni injerencias, donde el más fuerte subordine al más débil.
Para el Papa, ningún poder fáctico o democrático tiene el derecho a privar a los países pobres del pleno ejercicio de su soberanía y, cuando lo hacen, vemos nuevas formas de colonialismo, que afectan seriamente las posibilidades de paz y de justicia.
La tercera de las tareas de Francisco a los movimientos populares fue la defensa de la Madre Tierra, a la cual consideró «la casa común de todos nosotros», y recordó que está siendo saqueada, devastada, vejada impunemente.
El Papa aprovechó su estancia en Bolivia para pedir perdón por los crímenes cometidos por la Iglesia contra los originarios de América Latina en nombre de Dios. Esos pecados, dijo, los han reconocido mis antecesores. Lo ha dicho el Consejo Episcopal Latinoamericano y también yo quiero decirlo: al igual que Juan Pablo II pido que la Iglesia se postre ante Dios y pida perdón por los pecados pasados y presentes.
Con su visita a Ecuador, Bolivia y Paraguay, Jorge Mario Bergoglio, de 78 años de edad, cumplió su segunda visita a América, dos años después de participar en Río de Janeiro, Brasil, en la Jornada Mundial de la Juventud Católica.
Visita del papa Francisco acapara titulares en Bolivia
