La política es un acto de equilibrio entre la gente que quiere entrar y aquellos que no quieren salir.
Jacques Benigne Bossuet (1627-1704) Clérigo católico y escritor francés.
El gobierno mexicano está atravesando una de sus crisis de credibilidad más altas en lo que va de su administración. No se ha cumplido la mitad del sexenio y el Presidente es observado por la comunidad internacional como un mandatario que sencillamente no puede combatir la corrupción. Lo que parecía ser un nuevo momento en las relaciones México-Francia (por el caso Cassez) fue abruptamente desplazado por la segunda fuga de Joaquín El Chapo Guzmán. Lo que representó un éxito al inicio de su gobierno, hoy lo vuelve a poner de cara a la pared.
Esta falta de credibilidad en el gobierno mexicano sin duda que también impacta en los partidos políticos, pues algunos se vuelven cómplices directos y otros, silenciosos. En plena crisis del sistema político y presidencial mexicano, la segunda fuerza política del país renovará su dirigencia nacional. El Partido Acción Nacional (PAN) que no ha estado exento de escándalos de corrupción, definirá su futuro institucional y político, así como el discurso frente al gobierno. Mucho dependerá el resultado puesto que quienes compiten tienen finalidades y perspectivas diametralmente opuestas.
Ricardo Anaya y Javier Corral ya han presentado sus primeras cartas a través de sus planillas y del próximo 16 de julio hasta el 15 de agosto, ambos participantes buscarán el voto de los 476,690 militantes en el país. Considero que es importante hablar y analizar a fondo este proceso porque el resultado marcará el comportamiento frente al gobierno.
La Comisión Nacional Organizadora de la Elección del CEN (CONECEN) fue integrada por su Consejo Nacional hace apenas unas semanas. Su conformación fue motivo de profunda discusión puesto que dos de sus integrantes habían hecho pública su simpatía hacia uno de los hoy contendientes. Actualmente, se encuentra en proceso de impugnación.
¿Qué puede exponerse de Anaya y Corral? ¿Cuál es el perfil de cada uno? Ricardo Anaya, abogado y queretano de nacimiento, ha sido legislador local, secretario general y dirigente del partido –local y en un interinato, nacional- diputado federal y funcionario público durante el sexenio de Calderón. Sus virtudes principales son su inteligencia, prudencia política, capacidad analítica, preparación y la capacidad de haber aglutinado a varias personalidades del panismo, como Josefina Vázquez, Santiago Creel, Ernesto Cordero, Ernesto Ruffo, entre otros, de los cuales algunos de ellos lo acompañan en su planilla. Sin embargo, su mayor fuerza radica en que tiene el apoyo de Gustavo Madero y de la gran mayoría de las dirigencias estatales que, fueron factor clave para obtener las más de 235 mil firmas que presentó en su registro.
Ricardo Anaya Cortés.
Javier Corral es un abogado chihuahuense que ya ha sido diputado local y federal, Senador, candidato a Gobernador y ha formado parte del Consejo Nacional del PAN y una de sus principales aportaciones es que, a través de una iniciativa suya, hoy el PAN elegirá a sus dirigentes, local y nacional, por la vía del voto directo. Su trayectoria lo ubica desde muy temprana edad en el interés por el tema de la comunicación. Especialista en el campo, fue uno de los principales conductores de interponer una acción de inconstitucionalidad a la denominada Ley Televisa, misma que ganó. Posee amplio dominio de la información, capacidad de debate y se ha distinguido como un panista apasionado y extrovertido. Su fuerza radica en su trayectoria de más de 20 años y el liderazgo que ha logrado construir y expandir gracias a la postura crítica hacia los gobiernos del PRI. A ello se han sumado personalidades también como Patricio Patrón, Fernando Canales y Francisco Barrio. Es un personaje que no puede ser aclamado o rechazado a medias, se le acepta o no.
Javier Corral Jurado.
Considero que ambos han dado certeros golpes que van a ir moviendo las preferencias. Anaya lleva ventaja pues su campaña inició desde hace más de un año, cuando fue en fórmula con Madero para la reelección de éste, así como su campaña mediática contra la corrupción que le permitió entrar en el conocimiento de la opinión pública, pero ha sido criticado por su silencio sobre los casos de corrupción al interior del PAN.
Corral acertó en la Secretaría General. José Luis Luege Tamargo es una figura que goza de buena imagen y demuestra experiencia, indispensable para el manejo de la política interna del PAN que debe realizar un Secretario. El haber obtenido las firmas requeridas significó otro punto a su favor puesto que éstas se lograron sin el apoyo de la infraestructura institucional, como afirma.
La campaña va a ser determinante para definir al ganador. Pienso que Corral decidió muy tarde su decisión de contender por la presidencia y está consciente de que rema a contra corriente, sin el apoyo de los recursos humanos de las dirigencias locales –mismas que en teoría está prohibido- y con el tiempo en su contra. Sin embargo, las cosas pueden dar un giro inesperado –como la contienda entre Creel y Calderón-, por eso hago hincapié en las estrategias de campaña.
Hay 2 temas que llamaron mi atención durante este primer paso que dieron ambos aspirantes y tiene mucho que ver con la legalidad. El primero está relacionado con las firmas presentadas. Ricardo Anaya presentó en su registro a 235,404 militantes que respaldaron su postulación. La convocatoria exige un total de 47,701 y, de ese total, no más del 5% por entidad, es decir, 2,385. Afirmó que en un lapso de 10 días logró juntarlas. Ello significa que para haberlas obtenido en ese período debió generar 23,540 firmas por día y 981 por hora. La cuestión es: ¿cómo lo consiguió?
Sólo para obtener el 10% del padrón en ese mismo período se requiere generar diariamente 4,770 firmas, es decir, 198 por hora. Anaya lo hizo 9 veces más. Esto genera importantes dudas de cómo, quiénes y en cuánto tiempo se integraron realmente las firmas de respaldo a favor del queretano. Me cuesta trabajo entender cómo se establece un período tan corto (alrededor de 15 días) para recaudar casi 50 mil firmas. Es complicado si no se cuenta con tiempo previo y una estructura humana organizada para no sólo recabarlas sino ordenar, depurar y presentarlas.
A ello hay que agregar otro cuestionamiento. Actualmente, existen 47,883 militantes que no sólo están afiliados al blanquiazul sino aparecen en padrones de otras fuerzas políticas, lo que habla de una posible estrategia por inflar el padrón. Tan sólo el año pasado, el PAN tenía 204,574 y en un año incrementó a 476,690, prácticamente se duplicó. Las entidades donde más se registraron incrementos fueron Veracruz, Puebla, Nuevo León y el Distrito Federal, lugares que son prioritarios dado su número de afiliados. La duda salta nuevamente: ¿cómo se duplicó el padrón en tan poco tiempo?
A lo anterior se suma la exclusión de 5,736 militantes que no se ha aclarado el porqué de su salida ni razones por las cuales ya no aparecen en el padrón.
El segundo tiene que ver con las restricciones que impone la propia convocatoria. Gobernadores en funciones y electos, dirigentes estatales y municipales, entre otros, tienen prohibido manifestar y participar en alguna campaña interna. Es evidente que esta norma fue ampliamente rebasada por el hoy Gobernador electo de Querétaro, Francisco Domínguez, quien ofreció su respaldo público hacia su paisano, a sabiendas de tener restringida dicha acción.
Tanto la situación actual del padrón, el activismo de algunos funcionarios a favor de uno de los dos aspirantes como el posible uso de recursos públicos e institucionales representan serios retos para la CONECEN, que deberá resolver a la brevedad para dar certeza al proceso. ¿Por qué es importante el resultado y el proceso interno del PAN? La respuesta tiene que ver primero con la confianza. El ciudadano espera ver en los partidos no sólo importantes propuestas de gobierno sino dirigentes que hayan emanado de procesos internos transparentes. Importante también es el desenvolvimiento frente a las acciones del gobierno. El PAN se distinguió durante años como una oposición que se identificó con los intereses sociales, hasta que llegó a gobernar.
Ambos proyectos tienen, desde un particular punto de vista, perspectivas distintas sobre su relación con el gobierno. Uno opta por la relación estrecha, a lo que yo llamo colaboracionismo, mientras que otro enfoca en su discurso el regreso a aquella oposición que hizo ganarse la confianza popular, lo que algunos columnistas llaman radicalismo político. Anaya difícilmente podrá quitarse la sombra de Madero y su cercanía estrecha con el gobierno federal. Corral, por su parte deberá remar a contracorriente toda la campaña. A uno le faltará ganar credibilidad y al otro resistencia para llegar al final. Lo más importante de esto es que los partidos deben dar muestra de civilidad y ejemplo de procesos internos justos y apegados a derecho. Ello ayudará a aminorar el fuerte cuestionamiento que se tiene sobre los partidos. Sería muy lamentable saber que gobiernos locales hayan utilizado recursos del erario para favorecer a algún aspirante. De ahí, pues, radica lo interesante de este proceso.
El tintero.
El segundo escape de Joaquín El Chapo Guzmán ha puesto al gobierno federal como incapaz de garantizar la seguridad, incluso en sus penales de máxima seguridad. Estudiosos en el tema afirman que hubo mucho dinero y corrupción de por medio para su salida; se estima que costó 50 millones de dólares su escape, algo insignificante con la fortuna que posee, superior a los 1,000 millones de dólares, según Forbes. El mismo ejecutivo federal afirmó que una segunda fuga de Guzmán sería imperdonable. La pregunta es: ¿imperdonable para quién? La noticia de la fuga también ha servido de paraguas ante la ola de problemas sociales y económicos que vive el país. La debilidad del peso, la crisis del ISSSTE e IMSS.