Quien se excusa, se acusa
Stendhal
Las fronteras sur y norte de México tienen enormes diferencias en su dinámica económica, pero también en la atención que las autoridades federales brindan a las entidades ubicadas en una y otra, pues mientras en el norte la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) autorizó una reducción prácticamente del 50 por ciento al precio de la gasolina, en el sur y sureste sus habitantes están condenados a pagar el combustible más caro de todo América del Norte, sin que a nadie parezca importarle.
La resaca del proceso electoral federal que está concluyendo parece terrible, pues aunque todos los candidatos del Distrito 02 de Quintana Roo (ubicado en el sur, y que comprende la zona fronteriza con el país de Belice) se comprometieron a lograr la reducción en el precio de los combustibles, tal cual ocurrió en entidades como Chihuahua; el aun diputado y dirigente estatal del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Raymundo King de la Rosa, declaró que la Secretaría de Hacienda federal no autorizó la homologación del precio de combustibles en esta región fronteriza.
Mientras en Chihuahua el precio no sólo se ha mantenido a la baja, sino que ahora los ciudadanos han iniciado una campaña denominada “7 pesos en todo el estado” para demandar que ese sea el precio de la gasolina Magna en toda la entidad, el diputado quintanarroense señaló que “no procedió” la solicitud de homologación de los precios del combustible con Belice, pues dijo que la Secretaría de Hacienda consideró que no hay las condiciones o razones para autorizar esta solicitud.
Según el legislador la fluctuación en precios con el vecino país no fue suficiente para que la homologación procediera; aun cuando la medida se ha aplicado anteriormente también en esta frontera, como en 2002 en que por primera vez se aprobó –durante el sexenio de Vicente Fox Quesada- el mecanismo de homologación de precios en todas las fronteras nacionales, estableciendo que todos los establecimientos ubicados en la frontera y hasta 45 kilómetros al interior del país gozarían de este régimen.
Desde ese entonces y ahora mismo los ciudadanos han recalcado que no se trata de dar ventajas a la frontera específicamente a los expendedores de gasolina; sino que se busca contrarrestar afectaciones que impidan la competencia económica; y para el caso de Quintana Roo tiene lógica, pues los precios de combustibles ejercen presión sobre el nivel general de precios de los productos, lo que explica por qué Chetumal, la capital quintanarroense, fue en la que mayor inflación ha existido en todo el país, de acuerdo a datos del Inegi. Pero ni eso fue considerado por el gobierno federal.
Y es que México se asume como un país en el que el libre mercado impera, pero en contraparte, el precio de las gasolinas sigue siendo fijado por el gobierno federal, pero para decirlo claramente, lo hace porque el mismo gobierno tiene multimillonarias ganancias con esa medida; y en este mismo espacio lo señalé apenas en marzo del presente año, aun antes de que el Partido Acción Nacional (PAN) emprendiera su campaña para demandar la baja de precios en los carburantes.
Resulta que de enero a marzo de 2015, tan sólo por efecto del retiro al subsidio que tuvo hasta 2014 la gasolina, y por la aplicación del Impuesto Especial sobre Producción y Servicios (IEPS) aplicado a combustibles, el gobierno ganó 24 mil millones de pesos; y esos los pagamos todos los que compramos el producto; por lo que puede inferirse que una cantidad similar ganó el gobierno de abril a junio.
Si el dato no le dice nada, vale la pena recordar que México importa gasolina de Estados Unidos, a un precio mejor a siete pesos por litro; pero se la vende a los mexicanos a 13 pesos con 70 centavos ¿ya sabe quién se queda con los más de 6 pesos por cada litro que usted compra? Exacto, el gobierno. Ahí la razón por la que no autorizan la baja de precio en las fronteras a excepción de la norte; usted siga pagando, que el gobierno federal sigue ganando.
En A Tiro de Piedra destaco estos datos no sólo por la evidente diferencia que otorga el gobierno federal a sus puntos fronterizos, sino porque la economía nacional afecta cada vez más a los mexicanos y a nadie parece importarle; el Inegi reitera mes a mes que es esta frontera la que más inflación ha sufrido en todo el país, pero eso no es importante en tanto el gobierno siga ganando con el consumo de gasolinas.
En esta coyuntura, habría que recordarle a los taxistas, a los conductores de “combis”, a todos aquellos que tan gustosos ayudaron a “acarrear” votantes el 07 de junio para el partido triunfante, que seguirán pagando gasolinas caras, y que el gobierno seguirá haciendo el gran negocio a expensas suya; pero además habremos de recordar que la exigencia ciudadana a los representantes debe ser constante, pues es sencillo ofrecer y luego decir que no se pudo, cuando los beneficios en las urnas ya se lograron. A todos queda claro que la frontera sur del país a nadie importa; Así se observa desde aquí, A Tiro de Piedra. Nos leemos en la próxima.