(N22) Plutón es un planeta enano encontrado casi al final de nuestro hogar: el Sistema Solar. Después de él, no se conoce con exactitud qué hay, sólo que todos los elementos observados desde la Tierra son de menor tamaño comparados con este pequeño encontrado el 18 de febrero de 1930 por el astrónomo estadunidense Clyde Tombaugh.
Aunque de menor tamaño Platón, no es el planeta de menor masa, pues Eris, otro planeta enano perteneciente a los objetos transneptunianos (cuerpos o astros más allá de Neptuno), posee una masa menor. Eris fue descubierto en 2005, evento por el cual, los astrónomos alrededor del mundo decidieron dar una definición específica de Planeta. Esto, provocó la degradación de Plutón a planeta enano, considerado antes como el noveno planeta orbitando alrededor del Sol.
Perteneciente al Cinturón de Kuiper (área considerada como el límite de nuestro sistema planetario), en el que también se encuentran elementos poseedores de las mismas cualidades de Plutón, otro punto causante de su nuevo bautizo como planeta enano. También se decidió cambiar su estatus a enano debido a su órbita, la cual a veces, se acerca más al Sol, que Neptuno, es decir, es excéntrica, explica el Secretario General de la Asociación Astronómica de México (SAM) Enrique Anzures.
Plutón es orbitado por cinco satélites: Caronte (el satélite con mayor tamaño comparado con el planeta que orbita), Nix, Hidra, Cerbero y Estigia. Como la mayoría de los cuerpos encontrados en esa área, está formado por hielo y roca. Las altas temperaturas están ligadas directamente a la enorme lejanía que tiene del Sol, factor al que se atribuye la poca evolución de estos astros comparada con la de los planetas mayores orbitando nuestra gran estrella. Todos estos conocimientos han sido recabados por años y años de observación, medición y cálculos hechos por los científicos dedicados a develar los misterios del Universo.
Sin embargo, el martes 14 de julio la humanidad fue testigo del mayor acercamiento que se ha logrado tener con este misterioso y helado “pequeñín”, pues la sonda New Horizons -puesta en órbita por la NASA en 2006- logró tomar las fotografías con mayor definición jamás tomadas de Plutón. Esto le ha dado una cara real al planeta enano, pues como expresó Anzures, aún no se conocía con exactitud la apariencia de Plutón.
La misión del New Horizons
El 19 de enero de 2006, después de dos intentos fallidos, la nave Atlas V 551 despegó de la Cape Canaveral Air ForceStation, Florida (Estación de la Fuerza Aérea de Cabo Cañaveral, Florida). Su destino: acercarse lo más posible al planeta Plutón, pues aún no era definido como planeta enano. Desde entonces, la expectativa crecía en los científicos encargados de la misión, los astrónomos del Johns Hopkins University Applied Physics Laboratory Laurel, Maryland (Laboratorio de Física Aplicada de la Universidad Jhons Hopkins en Maryland, EUA), quienes la monitoreaban día y noche.
Los primeros 13 meses, posteriores al lanzamiento, se ocuparon para calibrar la nave y checar sus instrumentos.También se tuvo que realizar un pequeña corrección de la trayectoria y se calibraron los instrumentos de captación de imágenes y de medición con los que cuenta la nave.
Su primer objetivo era llegar a Júpiter a tiempo para aprovechar su empuje gravitacional. Esto ayudaría a la NH a acelerar su viaje hacía el pequeño Plutón. El punto de mayor aproximación con el gigante de gas, fue el 28 de febrero de 2007. Con una velocidad de 51,000 millas por hora (23 K/s), la NH voló de 3 a 4 veces más cerca de Júpiter que cualquier otra nave, acercándose al planeta a una distancia de 2.3 millones de kilómetros.
Durante los restantes 8 años, la nave se cruzó con las orbitas de Saturno (8 de junio de 2008), Urano (18 de marzo de 2011) y Neptuno (25 de agosto de 2014), ensayando su llegada al desconocido y helado Plutón.
El 14 de julio de 2015 a las 7:50 EDT (siglas de Eastern Daylight Time, Tiempo Matutino del Este), 6:50 tiempo de la Ciudad de México, la sonda New Horizons, llegó al punto más cercano a Plutón: 12,500 kilómetros (la distancia que hay entre Nueva York y Mumbai) y horas después a 28,800 kilómetros de Caronte. Caronte es de vital importancia, pues se podría considerar un planeta enano en sí misma.
Fue este momento el de mayor actividad de la nave espacial, pues se dedicó a hacer trabajar todos sus instrumentos de captación de imágenes y de medición. Minuto a minuto enviaba de regreso al laboratorio de física aplicada de la Universidad Jhons Hopkins fotos de Plutón y datos de mediciones y muestras de los elementos cercanos a ella para su posterior estudio y deducción, pues como comentó Enrique Anzures, se espera que envíe elementos que aún requieren ser procesados por los especialistas.
Su siguiente parada es el cinturón de Kuiper. Este anillo que acumula pequeños objetos (comparados con el resto de los encontrados más cerca del Sol) representa aún una incógnita para el mundo de la ciencia. Alejandro Farah, director de la SAM, explica que al explorar el Cinturón de Kuiper se busca “entender un poco más cómo se formó el sistema solar y cuáles son las órbitas de los cometas alrededor del Astro Rey, desde el cinturón de Kuiper. Esto permitirá en un futuro cercano proyectarlo a los nuevos sistemas solares que se están descubriendo».
Todo esto fue planeado hace más de nueve años, y la precisión es fascinante. Es un proceso muy difícil, pues como explica Anzures, “es como querer dispararle a un chino desde dónde estás. Planear que la bala llegue, tomando en cuenta la distancia, la masa y el peso de la bala, así como el movimiento en el que el chino seguramente se encuentra.”
Al respecto Farah comentó: “Algunas de las características que más me sorprenden del NH son su masa y la velocidad que tiene. Sus casi 500 kilogramos son, en realidad, insignificantes si los comparas con la hazaña que está logrando. Su tecnología es de hace casi 15 años, imagina lo que podríamos hacer con la tecnología actual. La segunda es su velocidad, 15 kilómetros en un segundo. Es equivalente a llegar a Cuernavaca en 4 segundos. Aunado a esto, la precisión de poner esa masa a esa velocidad a millones de kilómetros, en un momento específico es INCREIBLE.”
La importancia de Plutón
Hay dos razones primordiales por las cuáles se quería llegar cuanto antes a Plutón. La primera, es su atmosfera, pues desde 1989 Plutón se ha estado alejando del astro rey, provocando menor recepción de calor. Si la atmósfera de Plutón se congela, la dificultad de penetrarla aumenta.
La segunda es que se desea hacer un mapeo de Plutón, y debido a su lejanía del Sol, hay partes del planeta enano que se mantienen ocultas durante mucho tiempo, como sucede en los círculos polares terrestres. Si se espera más tiempo, habrá más partes de Plutón obscurecidas por la “noche ártica”, impidiendo la habilidad de la nave de tomar fotografías mientras es iluminado por luz solar.
Aún se espera que se descifren los datos enviados por la New Horizons; sin embargo, debido a las fotografías, se ha logrado observar montañas con más de 3,500 metros de altura, completamente heladas. Los astrónomos consideran que estás montañas se formaron no hace más de 100 millones de años y es probable que sigan en proceso de crecimiento, de acuerdo con el líder del Geology, Geophysics and Imaging (GGI, Diseño de Geología y Geofísica) perteneciente a la NASA, Jeff Moore. La zona montañosa cubre menos del 1% de la superficie del planeta enano y se cree que pueden seguir geológicamente activas. La juventud de las montañas, se basa en la falta de cráteres en el escenario, como en el resto del planetoide.
En resumen, “La sonda New Horizons es, sin lugar a dudas, curiosidad humana” como expresa Alejandro Farah, de acuerdo con él, la llegada a Plutón es un reflejo de una necesidad humana, pues “el ser humano es diferente al resto de los animales por su inteligencia y su conciencia. Esto nos coloca en la posibilidad de entender que la tierra no es para siempre y que algún día tendremos que vivir en otro lugar, tarea difícil e indispensable para nuestra supervivencia como raza”.
Sin embargo, la idea de ir a vivir a Plutón es sumamente inverosímil, pues su temperatura es inmensamente baja: la mínima es de 33K (-240 °C), la media de 44K (-229,1 °C) y la máxima 55 K (-218 °C).
En fin, Farah expresa que “cada salto tecnológico es más poderoso y pequeño en dimensiones que el posterior. Cada uno de estos saltos es más rápido. Lo que debería suceder es que estos saltos permitan al ser humano tener un beneficio social mayor y más homogéneo. Nueve años después del lanzamiento de la sonda NH la tecnología es mucho mejor, esto me motiva a pensar que el ser humano también es mejor después de ver el corazón de Plutón”.