Londres (PL).-«El día en que murió la música» es una fatídica frase que data de 1959, pero hace exactamente cuatro años cobró fuerza otra vez cuando la siempre irreverente Amy Winehouse dijo adiós a este mundo.
La muerte de Amy, un día como hoy pero de 2011, nos recordó que hay pérdidas que dejan huérfano al arte y de manera más específica a la música.
Días como aquel 3 de febrero de 1959, cuando murieron en el mismo accidente los míticos rockeros Ritchie Valens, Buddy Holly y The Big Bopper.
Esa chica nacida en Londres nos demostró cómo en tiempos de mediocridad una cantante puede alzarse entre la muchedumbre y decir «presente», con nada más que una añeja pero moderna cadencia y esa bendita voz, potente como hacía décadas no se oían.
Los excesos y escándalos de la turbulenta vida de Winehouse no impidieron que en febrero de 2008 su imborrable disco Back to black ganara cinco premios Grammy, ninguna otra fémina nacida en Reino Unido había logrado semejante hito.
Pero, como no podía ser de otra forma, la intérprete de Rehab tuvo que actuar vía satélite ya que no pudo viajar a los Estados Unidos debido a sus continuos problemas legales, otra muestra de que un desmesurado talento y buen proceder rara vez van de la mano.
Oírla cantar Rehab seguramente recordaba a muchos a la gran Janis Joplin, esa otra pequeña gigante que en los años 60 del pasado siglo maravilló a grandes multitudes con sus enérgicas actuaciones.
Además, la Joplin comparte incontables paralelismos con Amy ya que sumado a su incuestionable grandeza, ambas tuvieron una corta vida truncada a los 27 años debido en gran medida a su dependencia del alcohol y los estupefacientes.
Aparte de Joplin, Winehouse comparte este triste detalle con otras insignias de la música popular, tales como el guitarrista Jimmi Hendrix y el vocalista Kurt Cobain.
Para todos ellos 27 abriles fueron más que suficiente para instaurarse en la historia musical de su etapa y de los tiempos por venir.
Su muerte tampoco estuvo exenta de ese soplo de enigma que le persiguió desde que se convirtió en una estrella, ya que la versión más aceptada es que falleció por el llamado «síndrome de abstinencia», pero para otros fue tan sólo otra recaída fatal en sus adicciones.
UN RESISTENTE LEGADO
Recientemente se estrenó el filme del británico Asif Kapadia titulado Amy y que trata sobre la vida y la efímera pero abarcadora obra de la enigmática artista.
A tan sólo semanas de la premiére de dicho documental el material ha logrado batir varios récords de taquilla en Reino Unido, una muestra palpable de la profunda huella que dejó la cantante de look desgarbado y atronadora voz.
En adición a Rehab, su tema insigne, Winehouse dejó otros temas que probablemente en los años venideros sean clásicos, tales como la melancólica Love is a losing game y Stronger than me, procedente de su álbum debut Frank (2006).
Por estos motivos es muy probable que Amy, junto a los ya citados Valens, Holly, Hendrix, Joplin y compañía nos contemplen curiosos desde arriba preguntándose por qué seguimos llorando esos días…los días en que murió la música.