Carnaval de Poesía

En el ojo del huracán medida de Arturo Santana

por Víctor M. Navarro

 

Caminamos los poetas por calles, plazas, andadores y jardines queretanos, estábamos de fiesta estrenando antología y confirmamos que amistad y literatura van de la mano, Santiago nos dio una lección de arquitectura y limpieza. En espera de la presentación un alipus y tres chascarrillos se manifestaron necesarios.

La presentación fue y nosotros fuimos derechito a cenar con el paisaje nocturno de la barroca y querida ciudad, un halo de benevolencia platónica iluminó las carcajadas sempiternas de los hombres del alba que fundan su vida en poesía.

Las vueltas a mi segunda patria siempre me regalan sorpresas y una de ellas se cifra en libros y poesía.

Ya en vetustos meridianos tomo entre mis manos un pequeño volumen de 93 páginas, la edición tiene tres años circulando pero un libro de poesía siempre es noticia, más tratándose de un poeta amigo, consistente, disciplinado ; y ya que en estas andamos digo el título: En el ojo del huracán medida (Antología de la obra poética de Arturo Santana).

José Manuel Velázquez y Benja mín Moreno son los encargados de recopilar la antología y el primero escribe un laudatorio texto introductorio, del cual retomo algunas minucias para pasar a dos que tres poemas del vate jalisquillo por nacimiento y queretano por infusión propia.

Constructor de una poética que busca el asombro en su lector, el trabajo consecuente de Arturo Santana ya desde hace varias décadas en el eje de la indagación continua de la imagen más precisa en su simplicidad.

lo primero que se nota es una variedad temática que va de mucho en poemas eróticos y/o amorosos, luego pasa por los homenajes que Arturo dedica a sus amigos, a personajes públicos, a Querétaro,y añade a su variedad una también importante cantidad de textos con evidente temática social y política”.

Lección de ahorro

I

En la esquina de Juárez y Zaragoza

frente a la puerta del banco

me encontré un pedacito

de lápiz.

Es amarillo, del número dos, chiquito

con la punta casi quebrada.

Su goma,

un poco sucia,

no mancha.

II

En horas de crisis

vale un gesto de austeridad

un poema con mi lapicito.

III

Aunque apenitas

escribo esto

con él.

IV

Bien Mirado

es una lección

de economía.

V

Ya lo quiero.

Concesión

Porque al amor nos vence,

revelado,

con el urgente sitio

de nuestra desnudez:

sede es mi cuerpo,

sed de tu cuerpo.

Cedemos.

Dónde estaba la primera vez

En el cuenco de la dicha izquierda

me parece

o de tus senos con el alba despertándome.

No recuerdo el vértigo del día preciso,

pero

nada fuera de unos labios abriéndome la sed

era sentido.

Deja tu comentario