InsurgentePress / Puebla, Puebla. —La leyenda urbana se hizo realidad. Los túneles subterráneos existen en la ciudad de Puebla.
La red subterránea de comunicaciones, con una posible antigüedad de 300, 400 y hasta casi 500 años, dejó ser parte de la imaginación del colectivo y comenzó a emerger para permitir que la historia hable.
En cuatro zonas de la ciudad fueron localizadas entradas de túneles de todo un presunto laberinto que atraviesa el Centro Histórico y que van a dar hasta los Fuertes de Loreto y Guadalupe, antiguas edificaciones militares escenario de la mítica Batalla del 5 de Mayo contra fuerzas francesas.
No son un cuento. Penetrar a sus entrañas es una rara sensación. El olor a tierra mojada, agua almacenada por años y los hedores pasados se impregnan por doquier. Uno de los túneles del centro emerge gracias a que poco a poco sacan toneladas de tierra y lodo.
De una altura de siete metros y tres y medio de ancho, la estructura de piedra se mantiene firme, estoica ante el embate del tiempo, de las inundaciones y del peso de construcciones que hoy hay en la ciudad.
“En la narrativa urbana o las leyendas urbanas se ha hablado de los túneles de Puebla, pero nadie sabía dónde estaban, nunca los habíamos visto”, recuerda el Gerente del Centro Histórico y Patrimonio Cultural de Puebla, Sergio Vergara Bermejo.
Revela que debido a diversas obras públicas lograron encontrar las entradas de cuatro túneles subterráneos que se encuentran llenos de tierra.
Se localizaron en la zona interna del Centro Histórico y en la franja de Los Fuertes, antiguas capillas asentadas en lo alto de un cerro Acueyametepec, las cuales fueron convertidas en el siglo XIX en fortificaciones militares.
Las obras descubrieron una comunicación que va del Fuerte de Loreto al Fuerte de Guadalupe en la parte alta de la ciudad; y del Fuerte de Loreto al céntrico Barrio de San José.
Pero también se halló uno que va del Fuerte de Guadalupe a la Iglesia de Los Remedios, el bastión donde el General Ignacio Zaragoza decidió concentrarse para planear la heroica defensa de Puebla ante el ejército francés.
“Aparecieron túneles que parecían desagües, pero por el tamaño son los famosos túneles de las leyendas urbanas, estuvieron más 300 años cerrados y te das cuenta que existen, son impresionantemente altos donde cabe hasta una carretera”.
El presidente municipal de Puebla, Tony Gali, ordenó ya iniciar la rehabilitación a la Gerencia del Centro Histórico y Patrimonio Cultural, para lo cual destinó 5 millones de pesos.
Un tramo de unos cien metros fue completamente limpiado y se espera que en las próximas semanas, con aval del INAH, se rehabilite totalmente.
“Están desde la fundación de la ciudad, de las iglesias te comunicabas en pasadizos secretos, hay una red de los conventos principales, desde Santo Domingo, San Agustín, La Merced, hasta San Javier”, dice Vergara Bermejo, arquitecto encargado del proyecto.
Los antecedentes de Puebla se remontan a la época virreinal, por eso alberga 2 mil 600 edificios catalogados como históricos y es Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO. Sus imponentes estructuras, como la Catedral Metropolitana de Nuestra Señora de la Inmaculada Concepción — construida entre 1575 y 1640— se encuentran encima de los laberintos profundos.
El programa de rescate municipal incluye un segundo túnel. La zona es mucho más húmeda, incluso hay filtraciones de agua que emana de una escuela que está sobre la estructura. “Puebla en el siglo XVII se inundó y la mitad de la ciudad se tapó de lodo, la ciudad que caminamos es del siglo XVIII y XIX, la parte de abajo son los tesoros que debemos rescatar”, agrega.
La especie de bóveda que conforma el túnel —al que tuvo acceso EL UNIVERSAL— se encuentra lleno de lodo que es sacado por albañiles que con pala y botes van descubriendo el pasado de una ciudad.
Evelio Ortiz, maestro albañil, y Tranquilino Ortiz, ayudante, trabajan agachados en la parte alta de la edificación antigua. Ninguno pensó que debajo de toda una urbe hubiera tan imponente infraestructura.
Los dos obreros no comprenden que forman parte de una nueva historia en la que se han hallado al menos 10 kilómetros de laberintos, de los cuales 500 metros fueron liberados de lodo.
El proyecto busca rescatarlos, convertirlos en un atractivo turístico para caminar por ellos y por debajo de la ciudad e imaginar aquellas leyendas que hablaban de fantasmas y ruidos extraños en las entrañas de la Puebla Antigua. Por ahora se mantiene en secreto la ubicación exacta de los túneles, pues se teme que la ciudadanía haga largas filas para poder visitarlos.