Este viernes pasado, al menos para nuestro país, fue un día común y cualquiera, sin embargo, para el vecino del norte en esa nación es una fecha que nunca olvidarán como tampoco han ha sido en el caso del ataque Pearl Harbor en 1941 ataque sorpresa por la Armada Imperial Japonesa contra la base naval norteamericana.
Conocido por los estadounidenses como el 11/11 hace 14 años en septiembre del 2001 en un intento terrorista en el corazón de Nueva York, en las Torres Gemelas del World Trade Center recordaron su aniversario en el monumento construido en donde se colapsaron majestosas edificaciones impactadas por dos aviones secuestrados contra esos edificios en lo más alto de la ciudad muriendo centenares de personas.
Han pasado los años en donde familiares continua recordando a los que murieron en el interior de ese monumento a cada una de las víctimas de esas horas terribles y no solo las familias de los miembros sino funcionarios.
Con los años algunos familiares de las víctimas han invocado asuntos políticos durante la lectura del viernes como declaraciones que el 11 de septiembre debe ser un día de fiesta nacional, pero otros han tratado de mantener el personal enfoque de lo que realmente sucedió.
Pero cómo olvidar lo sucedido hace 14 años en donde el acto terrorista también intentó golpear a la Casa Blanca en donde ese avión fue desviado en un acto heroico por parte de los pasajeros y también en un intento de golpe al pentágono de los estados Unidos.
Hace 14 años no solo afecto a los Estados Unidos sino al resto del mundo que no ha olvidado ese acto cobarde para los afectados y un acto heroico para Al Qaeda, que su único objetivo fue el de matar a cuanto ciudadano norteamericano le fue posible sin importar si se trataba de la vida de niños, mujeres, jóvenes, ancianos, es decir, no tienen ningún código de guerra habiendo sido como una característica de sus matanzas la conglomeración de multitudes de personas.
Para el resto del mundo que nos dimos cuenta que tan vulnerable estamos como Nación porque no solo derrumbó Las Torres Gemelas, sino lo que se consideró por décadas la nación más segura del mundo, la potencia mundial, el puntero de la autodefensa y todo eso, se esfumó junto con el lamentable ataque terrorista que dio un golpe certero en el corazón de Nueva York.
Todos nos preguntábamos en qué situación nos dejaba al resto si eso se pudo hacer en una nación que su postura de fortaleza no solo se vendía en las películas hollywoodense, no solo en temas de la acción, terrorismo, sino también ante catástrofes naturales en donde el fin del mundo llegaba, aunque la única nación del mundo que sobrevivía eran los Estados Unidos.
Cada país, cada entidad, tienen su propia lucha, sus propias pesadillas con tintes diferentes pero el color de la tinta es la misma que es la marca de la sangre. Porque no se puede comparar una muerte con otra forma, porque al final es el mismo resultado y siempre la dolorosa pérdida de un familiar o de un ser querido a quien la muerte nunca se le desea al peor de tus enemigos.
La preocupación de unos es la debilidad de otros porque mientras autoridades estadounidenses están alarmados de que el crimen organizado tome el control del gobierno mexicano que hoy en día los mexicanos ya no encuentran diferencia alguna entre los “chicos malos” y los políticos, se pudiera considerar como declaraciones de patas de ahogado por no poder justificar la existencia del terrorismo que se vive en su país y no saber cómo combatirlos para reducirlos en bandas de mafiosos.
Tampoco saben cómo prevenir policialmente las actividades terroristas que se están dando dentro de EU, y lo peor es que también su propio país está financiando su causa y brindándoles protección con el envío de armas, municiones ya que son los principales proveedores de armamento mundial por su falta de control de armamento, siendo el primer país de tráfico de armas, sin olvidar que tampoco cuentan con una reglamentación tan estricta como la de México dándose el caso de muchos sicópatas menores de edad con un arma de fuego matando a miles de estudiantes dentro de sus universidades.
Minimizan sus errores señalando el de los demás, pues si estuvieran tan preocupados por el crimen organizado de México, dejarían de venderles armas a los carteles de la droga como lo están haciendo actualmente y sin ninguna medida de seguridad como se ve en los puentes internacionales de ingreso a nuestro país; de qué sirve los perros adiestrados para la detección de armamento, si éstos pierden su olfato al momento que las camionetas repletas de armas ingresan a las fronteras de México.
El 11/11 no solo debe ser recordado con un acto de terrorismo en Estados Unidos, sino también un cese a la venta de armas desmedidas de todo tipo desde la venta de arma cortas, largas y nucleares porque siempre existirán vidas inocentes quienes pagan el precio de éste negocio tan lucrativo para los mismos políticos. (Premio Estatal de Periodismo 2011 y 2013) www.intersip.org