InsurgentePress / Ciudad de México.- El polémico acueducto Monterrey VI, que Grupo Higa e ICA buscan construir en Nuevo León para llevar agua a la entidad se queda corto en costos, comparado con el megadrenaje que se alista en la Ciudad de México.
El Túnel Emisor Oriente (TEO) ha requerido casi tres veces la inversión estimada inicialmente en su edificación, al pasar de 11 mil 187 millones de pesos, a 37 mil 465 millones en los seis años que lleva de construcción, de acuerdo con datos de la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
En contraste, el acueducto que se pretende construir en Nuevo León implicará un costo de 18 mil 300 millones de pesos (sin incluir su operación).
El TEO es hasta ahora una de las obras de infraestructura más caras en México, superando a la autopista más costosa, la Durango-Mazatlán, que requirió de recursos por 28 mil 600 millones de pesos y que al final también implicó más recursos de los estimados.
Se trata de uno de los proyectos de drenaje más importantes del Valle de México, ya que ayudará a desalojar hasta 150 metros cúbicos por segundo de aguas residuales y pluviales hacia la planta de Atotonilco, donde el agua será tratada para el riego de la zona.
El Túnel Emisor Oriente es financiado con recursos públicos, por lo que su mayor costo se traduce en asignaciones presupuestales más altas y/o el retraso en su construcción.
Rafael Carmona, coordinador de Proyectos Especiales de Abastecimiento y Saneamiento de Conagua, explicó durante un recorrido de EL FINANCIERO por la obra, que el incremento en el costo está relacionado con la falta de planeación del mismo, al ser una obra urgente, y dificultades encontradas durante la construcción.
“Principalmente ha sido por las dificultades que hemos encontrado en la excavación, recordemos que es un proyecto que tuvo que decidirse como una obra de emergencia, y de iniciarla incluso sin un proyecto ejecutivo y tomando sólo costos índices de otros túneles, lo que nos dio sólo valores indicativos”, reveló Carmona.
Un consultor de proyectos de infraestructura explicó que los principales motivos que elevan el costo de las obras son una mala planeación, la exigencia de tiempos políticos para la realización de las obras, mala gestión de proyectos y la corrupción.
De acuerdo con un estudio de la Auditoría Superior de la Federación, el 71 por ciento de las causas de retrasos en las obras son problemas técnicos, el 11 por ciento es planeación y programación, 10 por ciento es ejecución y el 8 por ciento restante son causas económicas.
Entre las mayores dificultades que se han encontrado en la construcción del TEO están el tipo de suelos del Valle de México, algunos de los cuales son muy blandos y otros formados por boleos, piedras redondas como las de los ríos, que dificultan el paso de la tuneladora al no romperse y rodar, dificultando y retrasando la obra.
El túnel es construido por un consorcio integrado por ICA, Grupo Carso, Cotrisa, Cesa y Lombardo. Tiene una longitud de 62 kilómetros y un diámetro de 7 metros con una capacidad de 150 metros cúbicos por segundo. La obra tiene un avance de 58 por ciento en excavación, reveló Carmona.
“El programa que tenemos actualmente, nos indica que estaremos terminando en el primer semestre del 2018 y hacia agosto o septiembre el revestimiento definitivo”, tras lo cual ese mismo año se pondría en operación el túnel, mencionó Carmona.
El proyecto inicia en la confluencia del Gran Canal Río de los Remedios, en el límite del Distrito Federal y el Estado de México, y concluye en la planta de tratamiento de aguas residuales de Atotonilco en Hidalgo, la cual es construida por IDEAL.