El 19 de septiembre de 1985, México vivió su peor catástrofe, con un terremoto que dejó miles de muertos.
Durante las primeras horas de la tragedia, el país permaneció incomunicado del mundo.
La caída parcial de la Secretaría de Comunicaciones y la pérdida de líneas telefónicas en amplios sectores de la ciudad impidió a las agencias internacionales y a los medios extranjeros transmitir la noticia.
Las imágenes de edificios derrumbados, el caos de un escenario lo más parecido a un bombardeo, los rostros empolvados de cientos de personas que deambulaban como fantasmas o gritaban pidiendo auxilio y la parálisis del transporte público complicaron las labores de rescate y el trabajo de miles de periodistas, entre ellos corresponsales extranjeros, que intentaban hacer una composición de escena.
Aunado a ello, el Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México había suspendido sus operaciones.
Las cifras de muertos pasaron en cuestión de semanas de mil 300 a 10 mil, con más de 30 mil heridos y miles de desplazados y sin hogar.
Fuente: Notisistema