- Se ha consolidado como un mercado internacional, en un negocio multimillonario en países como India y Tailandia arrojando ganancias para el crimen organizado y trata de personas, superior a dos mil millones de dólares a nivel mundial
- Es una situación que plantea muchos debates éticos, religiosos, psicológicos, biológicos y jurídicos y que está prohibida en la mayoría de lugares del mundo
- En algunos países sí se acepta legalmente la maternidad de alquiler, aunque en algunos se diferencia entre la subrogación altruista y la comercial. Impunidad, libertinaje y deshonestidad en México; en Tabasco, se engaña a las féminas, violando los derechos de las madres sustitutas
So pena que México mantiene una severa laguna legislativa en torno al embarazo subrogado o vientres alquilados, el Senado de la República, la Comunidad Académica y la Iglesia católica, alertaron sobre la necesidad de frenar el boom que se ha propagado en todo el país como un “delito a escondidas” particularmente en la Ciudad de México, que geopolíticamente ha sido un terreno fértil tras la aprobación del aborto en 2007, sumándose a una área clasificada de libertinaje gracias a sus endebles leyes que la han transformado en gigantesca anarquía, destruyendo asimismo los usos y costumbres que nos fincaron nuestros padres y abuelos educados.
Esa eclosión o crecimiento repentino que se establece en los anales de la clandestinidad, ha estado fuera de control de las autoridades judiciales y sanitarias mexicanas; es por ello que la Cámara Alta abordó el tema, toda vez que ha sido una industria que genera ganancias por más de dos mil millones de dólares a nivel mundial, y lo peor es que el síndrome de La Malinche (*), 80 por ciento de procedimientos practicados en mujeres mexicanas es a favor de extranjeros.
Si bien el aborto en México -referido al aborto inducido o interrupción voluntaria del embarazo, está despenalizado desde 2007 a petición de la mujer hasta las doce semanas de embarazo en Ciudad de México; pero penalizado en 18 de las 31 constituciones de los estados mexicanos-, en la presentación del libro “Maternidad subrogada: explotación de mujeres con fines reproductivos”, senadoras y académicos consideraron necesario detener está práctica y evitar que México se convierta en un país como Tailandia o Nigeria, donde el alquiler de vientres está relacionado con el crimen organizado y la trata de personas.
La senadora del Grupo Parlamentario del PRI, Mely Romero Celis, dijo que esta práctica ha consolidado un mercado internacional y se ha convertido en un negocio multimillonario en países como India y Tailandia. Indicó que la industria de la maternidad subrogada generó dos mil millones de dólares a nivel mundial.
Refirió que en México la renta de vientres es del 70 por ciento más barata que en Estados Unidos, además se ofrecen paquetes que incluyen un viaje turístico y recreativo para los solicitantes por las playas de Cancún, mientras que las mujeres de Tabasco que subrogan padecen riesgos de salud, aislamiento de sus familias, y en ocasiones, explotación cruel y despiadada.
Comentó que en México, la compensación económica para las mujeres gestantes puede variar, desde los diez mil a los 150 mil pesos, pero las que se encuentran en situación de pobreza extrema son las más vulnerables a esta industria.
Dijo que este libro es una investigación seria e importante, que se llevó a cabo con el fin de esclarecer dudas y proporcionar información certera de este tema que tanto preocupa, así como conocer las numerosas historias de mujeres que “han caído en la tentación de una remuneración económica cuantiosa, sin imaginar las consecuencias graves de su decisión”.
La explotación de mujeres con fines reproductivos debe ser conocida, difundida y detenida, tanto por los tomadores de decisiones como por la población en general y, reiteró, evitar que México se convierta en un país como Tailandia o Nigeria, donde la maternidad subrogada está relacionada al crimen organizado.
Su compañera de bancada, la senadora Lisbeth Hernández Lecona, expresó que este es un tema que compete a la integración de la familia, “tal como lo establece el artículo cuarto constitucional, que dice que el Pacto Federal protegerá a la familia”.
Aseguró que dentro de una “familia natural” un menor tiene mejor desarrollo humano, por lo que los legisladores deben estar atentos a este asunto.
En tanto, Luis Pavón Vázquez, reportero de investigación, dio a conocer la forma en que agencias de subrogación de vientres actúan en Villahermosa, Tabasco, engañando y violando los derechos de las madres sustitutas.
Para Francisco Vázquez Gómez Bisogno, profesor de la Universidad Panamericana, no existe argumento filosófico que permita justificar la existencia de un derecho a la paternidad, pues implicaría aceptar la idea de que una mujer subrogue su vientre, a cambio de su menoscabo, e incluso, la pérdida de su libertad, para permitir que otras personas accedan a ese derecho.
Opinó que el derecho reconocido en el artículo cuarto constitucional, consistente en que toda persona tiene la libertad de decidir el número y esparcimiento de sus hijos, sólo protege a aquellas personas que poseen la actitud física para procrear, por lo que pensarlo de otra manera transformaría los derechos humanos en “derechos capricho”.
Marcelo Bartolini Esparza, coautor del libro, dijo que con la subrogación de vientres se pisa una delgada línea entre la trata de personas y el tráfico de niños, además, consideró como una involución que los menores puedan ser objeto de contrato. En este sentido, el académico cuestionó que se prohíba el tráfico de infantes, y paradójicamente se aplauda el pago de éstos antes de que nazcan.
Ingrid Tapia Gutiérrez, de Early Institute, señaló que más del 80 por ciento de los procedimientos practicados en mujeres mexicanas es a favor de extranjeros, y consideró a esta práctica como una forma de explotación de mujeres con fines reproductivos.
Asimismo, señaló que los extranjeros vienen a México a realizar esta práctica, pues en sus países está considerada como un delito.
Criterios
México mantiene una severa laguna legislativa en torno al embarazo subrogado o vientres subrogados, ya que el uso mal llevado puede llevar a las madres sustitutas caer en la frontera de la trata de personas así como un mercantilismo inmoral y de falta de ética, concluyeron senadores y especialistas durante las conclusiones del Foro: Análisis de los Delitos en la Ley Vigente contra la Trata de Personas, así como la Protección y Atención a Víctimas.
La subrogación es un proceso complejo que implica médicos, psicólogos, y profesionales jurídicos para asegurar que el procedimiento sea acertado tanto para los futuros padres como para la madre subrogada.
Hay dos tipos de subrogación: subrogación tradicional y subrogación gestacional (o subrogación por fecundación in vitro-FIV).
Subrogación tradicional: es cuando la madre subrogada está biológicamente implicada y será donante de óvulos además de madre subrogada. Esto se realiza por medio natural (cópula sexual) o por Inseminación Intrauterina (IUI). La subrogación tradicional implica cuestiones emocionales, éticas y legales complejas, por lo tanto este método se utiliza raramente hoy en día.
Subrogación gestacional o subrogación FIV: es el método preferido, porque la portadora de la gestación no tiene lazos genéticos con el bebé. Por lo tanto, potencialmente hay menos riesgos emocionales, psicológicos y legales comparados con la subrogación tradicional.
Por ejemplo, en California, Estados Unidos, los futuros padres ponen su nombre en el acta de nacimiento del niño aproximadamente a los 6 meses de embarazo de forma que, al nacer, los futuros padres ya son los padres legales y toman todas las decisiones médicas por el bebé legalmente (una gran ventaja en las leyes de California).
Posición de la Iglesia católica
En el sistema informativo de la Arquidiócesis de México, advierte del peligro de la maternidad subrogada.
Como tomado de una película de ciencia ficción: una pareja que no puede embarazarse consigue -regalados o pagados- varios óvulos y/o semen.
¿Cómo? Tal vez convencen a alguna conocida (prima, amiga o la joven que les ayuda con el aseo de la casa) para que el bebé se geste en su vientre; posteriormente, acuden a una clínica de fertilidad en la que médicos y técnicos “producen” varios embriones -para asegurar que por lo menos uno sobreviva- y los transfieren al útero de la mujer que hará de “mamá gestante”. Este proceso se conoce como “maternidad subrogada”, “subrogación de vientre o de útero”.
La maternidad subrogada es la forma en que las personas (no sólo las parejas) que no pueden -o no quieren- concebir de manera natural, logran tener descendencia. Se ha hecho “famosa” porque algunos artistas -autodeclarados homosexuales-, la han llevado a cabo (Elton John y Ricky Martin, por ejemplo), ante su incapacidad de concebir con mujeres, y no por cuestiones médicas.
Por este motivo y por la enorme cantidad de recursos económicos que es capaz de generar este método, el tema de la maternidad subrogada, sigue siendo un “pendiente” para el Estado mexicano, correlacionado en la agenda legislativa de los Grupos Parlamentarios “progresistas”, tanto a nivel local como federal.
Los promotores de estas prácticas de “vientres de alquiler” suelen disfrazarlas como una opción para las parejas que no pueden concebir y como un “acto altruista” en el que una mujer “bondadosa” acepta llevar al hijo de otra.
Sin embargo, aunque puede ocurrir una subrogación con esas características, la experiencia en otros países demuestra que se trata de la minoría de los casos. Además, aunque así fuera, es importante conocer los numerosos riesgos y problemas vinculados con el tema, ante la posibilidad de que se legalice su práctica en el Distrito Federal y en todo el país.
Metamorfosis
Las madres de alquiler, vientres de alquiler o maternidad subrogada se dan cuando una mujer acepta, por acuerdo, quedar embarazada con el objetivo de gestar y dar a luz un niño que va a ser criado por otros como si fueran sus padres. Es una maternidad por sustitución mediante un contrato de gestación.
Se trata de una situación que plantea muchos debates éticos, religiosos, psicológicos, biológicos y jurídicos y que está prohibida en la mayoría de lugares del mundo. Empero, en algunos países sí se acepta legalmente la maternidad de alquiler, aunque en algunos se diferencia entre la subrogación altruista y la comercial.
La subrogación altruista o ideal se produce en el caso de familiares o amigos cercanos que se prestan a tener el hijo de la pareja que no puede hacerlo por impedimentos biológicos; en el alquiler comercial o económico entra en juego un acuerdo económico entre las partes que acuerdan.
(*) Malinchismo.- La palabra malinchismo, es un término de peyorativo de la cultura popular mexicana que se utiliza para caracterizar una conducta frente a lo extranjero. El término tiene su origen en La Malinche, una mujer que acompañó a Hernán Cortés durante la conquista por los españoles de lo que hoy es México, entre 1519 y 1521, y a quién ayudó como guía e intérprete. Gracias en parte a la ayuda de esta mujer, los conquistadores fueron capaces de establecer alianzas y pactos para obtener la ayuda de otros pueblos en contra de los mexicas. Una persona es malinchista cuando tiene tendencia a preferir lo extranjero frente a lo nacional. Una persona malinchista es aquella que tiene el deseo de creerse de algún país extranjero a su país de origen sin antes pertenecer a él. Ejemplo: persona que posea solo la nacionalidad mexicana y se crea de algún otro país como Estados Unidos, es una persona malinchista. En cambio, una persona con nacionalidad mexicana y estadounidense que se incline más por alguno de los dos países, no debe ser considerado como malinchista, ya que la persona goza de derechos y deberes de ambas naciones y por ende pertenece a las mismas.