MAHLER, ALONDRA DE LA PARRA: MAJESTUOSO

BELLAS ARTES Y EL AUDITORIO EN FLAGRANCIA CREATIVA APUNTES DE UN POETA, MELÓMEANO, ROMÁNTICO, A VECES DESORIENTADO, PERO SIEMPRE SUSPENDIDO EN LA SORPRESA

por Víctor M. Navarro

PRIMER MOVIMIENTO.- En el Palacio de Bellas Artes, en el Auditorio Nacional, en esta ciudad de México, vivimos dos noches memorables; la Filarmónica de Londres interpretó la sinfonía No. 2 en do menor Resurrección de Gustav Mahler, bajo la batuta de Alondra de la parra.

Gracias a la atenta invitación de mi querido amigo Manelick acudí al auditorio, feliz y campante, para vivir uno de los momentos más enriquecedores y sublimes de los últimos años. Hacía buen rato que no escuchaba en vivo la música de ese monstruo llamado Gustav, autor de varios de los pasajes más bellos e intensos de la música sinfónica. El entrañable escritor Oscar Mata, quien también acudió a Bellas Artes, comentó que ambos conciertos fueron geniales.

Ahora que las palabras traducen esa experiencia estética, rindo tributo a los compañeros que ejercen la crítica musical ¿cómo penetrar, cómo comentar lo inasible?; yo me ciño (tramposo que soy) al cúmulo de sensaciones, a la explosión de atemperancias, a la experiencia múltiple, cito a González Rojo: al “quíntuple balar de mis sentidos”.

Me dejé vivir, abrevar en esos paisajes sonoros que tienen cifras de eternidad, el instante es uno y se multiplica; cadena, cascada y común denominador del mundo.

En el escenario la vitalidad, la entrega. La pasión de Alondra para dirigir es el acento que eleva el discurso sonoro, ya lo había mencionado: Alondra es en sí misma una partitura, su manera de manejar la batuta es la premonición, la futurización, la concreción del hecho musical.

Y me dejé vivir, el allegro inició una ruta que como sucede en la música de Mahler se desdobla en pasajes indefinibles por su definición, fuerza y sutileza.

Andante moderato, cada espacio imbuido por un movimiento fluido y tranquilo, luz primera, el scherzo con un estruendo donde se concentran las fugas posibles de este mundo, la sensación de inmensidad: las voces del coro habitan todo espacio posible.

Lo primero fue sucumbir de lúdica manera y cual anfibio ser, transportarme del fondo a la superficie y viceversa.

Alondra de la Parra1

SEGUNDO MOVIMIENTO.- Cualidad, esencia de la música es su multiplicidad, su desarrollo en todas direcciones, aquí quisiera cantar. El viaje Mahler llegó a varios derroteros: antes, después, entre. Viene a mi memoria el homenaje que le debo siempre al poeta Guillermo Fernández, asesinado hace cuatro años en el estado de México; y lo recuerdo en su departamento en la colonia Roma; libros, obra plástica, poesía y noches interminables con Mahler, las Canciones para los niños muertos, Resurrección, horas y horas en la torna mesa.

No me pregunto por qué: todos lo sabemos. La vida y la muerte en Mahler son los dos motores que hacen de su obra un arrebato de tibias voces que crecen y estremecen, la cunda de la poesía, el centro de la existencia; vivimos porque morimos, morimos porque vivimos… en el arte está la resurrección continua.

Noches de poetas: con Arturo Santana, Carmen de todas las tormentas en tierras queretanas; madrugadas con Rimbaud, Novalis, Nerval y la enorme viva experiencia Mahler.

Todo esto se precipita en mi vida y mi entender, mientras escucho Resurrección avizoro la dirección exacta y sublime, la potencia de Alondra en una corriente eléctrica que trasmite cada uno de sus movimientos a la estética del sonido que hoy nos avasalla en su plenitud.

La música, el arte, esa concatenación de tiempos, experiencias y un presente lúdico que irrumpe, caleidoscopio vivo: Mahler bajo la batuta de Alondra es la magia, ya lo dijo el poeta es Scherezada.

Tercer movimiento.- Y ahora como diría una vieja amiga del ambiente:”tendré que fichar”.

Ficha uno: La Orquesta Filarmónica de Londres, fundada por Sir Thomas Beecham en 1932, es reconocida como uno de los mejores y más prestigiados conjuntos en la escena mundial; ejemplo de pluralidad, versatilidad y vigencia.

Ficha dos: Alondra de la Parra ha ganado amplia atención por sus vibrantes interpretaciones, situándose como una de las directoras más sobresalientes de su generación. Ha sido la primera mujer mexicana en dirigir en Nueva York y es Embajadora Cultural Oficial de México.

Ficha tres.: La fusión de los coros Inglaterra México en el más alto nivel.

Ficha cuatro: la producción excelente.

Ficha cinco: Mahler es Mahler.,