(n22) En la edición especial de la revista Arqueología Mexicana , “La Joyería en el México Antiguo”, se presenta un riquísimo catálogo visual de los bezotes, orejeras, narigueras, collares, pendientes, anillos, pectorales, y demás elementos que las culturas prehispánicas utilizaban para decorar su persona y demostrar su estatus social.
Las piezas de joyería recuperadas de diversos sitios arqueológicos como Monte Albán, Palenque, Teotihuacán, el Templo Mayor y provenientes de Oaxaca, Querétaro, Michoacán Chiapas, Tabasco; muestran la función o el nivel social que designaban a su portador.
Elaborados con oro, plata, cobre, jade, obsidiana, jadeíta, coral, concha, turquesa, hueso y otros materiales, los artilugios resultaban fundamentales en diversos ritos ceremoniales, e incluso fungían como muestras de madurez, en algunos casos. Estas piezas estaban cargadas de simbolismos divinos, religiosos y, también, de guerra.
La revista contiene descripciones hechas por Fray Bernardino de Shagún, en su Historia General de las cosas de la Nueva España, sobre los oficiales plateros u oficiales de plumas y la extracción de las piedras que utilizaban, así como del valor que representaban para la identificación de sus portadores. El catálogo resulta interesante por la diversidad de cultos y épocas representadas en él.
Esta revisión nos ayuda a comprender las culturas de las que somos descendientes, así como a valorarlas y respetarlas ahora que nuestra forma de vida se ha occidentalizado, buscando reconocer la grandeza y fastuosidad con la que los pueblos que durante la época clásica y posclásica antes de la llegada de Colón, tuvieron sus auges en distintas partes de nuestro vasto país.