Imputados en Francia dos presuntos jefes de ETA

París, 27 sep (PL) Dos presuntos jefes de la organización independentista vasca ETA fueron imputados en Francia, tras su detención el 22 de septiembre pasado en una localidad del departamento galo de los Pirineos Atlánticos (sur).
Iratxe Sorzábal y David Plá fueron acusados de «dirección de una organización formada con vistas a la preparación de crímenes en relación con una empresa terrorista», informaron hoy fuentes judiciales, citadas por la prensa local.
También se les inculpó de ocultación en banda organizada y financiación del terrorismo, tenencia de armas y municiones en banda organizada y posesión de documentación administrativa falsa.
Acorde con la información divulgada, un magistrado especializado dictó posteriormente el ingreso de ambos en prisión provisional, como había pedido el Ministerio Público.
El gobierno español advirtió a fines de esta semana que seguirá actuando contra ETA, pese a considerarla desarticulada y derrotada policialmente porque no se ha disuelto y por tanto sigue viva.
El ministro del Interior, Jorge Fernández, precisó que con la detención en Francia de Sorzabal y Plá, solo le queda a la organización su aparato logístico para intentar custodiar y coordinar lo poco que tiene y los arsenales.
El denominado Grupo Internacional de Contacto para el desarme de ETA expresó su preocupación por el posible impacto de las detenciones para el proceso de desmantelamiento de la organización independentista.
El israelí Alberto Spektorowsky, quien visitó el País Vasco español junto al sudafricano Brian Currin, ambos integrantes de ese grupo, expresó su incomprensión sobre la detención de quienes, dijo, intentaban ayudar a poner fin a la actividad de ETA.
Esos arrestos, alertó, pueden ser contraproducentes y obstruir el proceso para poner fin a la ETA, que desde 2011 renunció a la violencia y luego anunció el sellado de sus arsenales, aunque sin entregar las armas.
Según los observadores -no reconocidos por Madrid- el gobierno regional vasco les expresó su temor de que las detenciones puedan modificar el proceso hacia el fin definitivo de la violencia.