Uno de cada tres jóvenes chinos podría morir por fumar, según estudio

Beijing, 11 oct (PL) Aproximadamente uno de cada tres jóvenes chinos podría morir por enfermedades relacionadas con el hábito de fumar, según un estudio divulgado hoy aquí.
Una investigación de la revista médica The Lancet, publicada este domingo en medios locales, indica que el uso del tabaco entre ese grupo poblacional podría cobrar numerosas vidas por padecimientos como el cáncer o cardiovasculares, asociados a esa práctica.
Actualmente, cerca de dos tercios de los jóvenes chinos fuman, y se estima que la mitad de ellos podría morir como resultado de fumar si no lo dejan, según las pesquisas.
Investigadores de la Universidad de Oxford, la Academia China de Ciencias Médicas y el Centro Chino para el Control de Enfermedades realizaron dichas indagaciones, en los que los jóvenes se definen como los nacidos después de 1970.
La única solución para evitar esa situación es dejar de fumar, dijo Li Liming, coautor del estudio de la Academia China de Ciencias Médicas.
En una nota positiva, la investigación encontró una tendencia creciente de dejar ese hábito entre los fumadores chinos.
Detalla la publicación que entre 1991 y 2006, el porcentaje de fumadores chinos que lograron dejar esa conducta ha aumentado del tres al nueve por ciento.
La investigación, que involucró dos estudios realizados con 15 años de diferencia e incluye al menos 500 mil chinos, encontró que el número de muertes prematuras relacionadas con el tabaco, sobre todo entre los hombres, llegó a un millón en 2010.
China es el mayor consumidor de tabaco del mundo.
Estadísticas oficiales muestran que esta nación tiene ahora más de 350 millones de fumadores, y cada año más de 1,2 millones de chinos mueren a causa de enfermedades relacionadas con el tabaquismo.
El 1 de junio pasado entró en vigor aquí una ley que prohíbe fumar en los establecimientos públicos de esta capital, y el Gobierno prevé extender dicha legislación a nivel nacional.
A diferencia de las anteriores leyes antitabaco, frecuentemente ignoradas por los fumadores de Beijing, la nueva normativa acaba con las zonas hasta ahora autorizadas para fumadores en lugares como aeropuertos y restaurantes.