Primero me acuerdo de la primaria, años que para hacer la tarea mi madre me chantajeaba con la lectura del Memín Pinguín, y en esa esfera de tiempo recuerdo a Ernestillo, Carlos y Ricardo el riquillo que gracias a la visión de doña Yolanda se convirtió dentro de la historieta, en ese elemento parteaguas del nudo dramático que toda novelística necesita. Monsi avizoró una lucha de clases en la historieta que ofrecía una plataforma para retratar a la sociedad mexicana en sus más puros escenarios, sin remedos me heredó y una misión en la lírica y la crónica urbana, así crecí con el Memín entre mis avenidas y calles y vida y más…un recuerdo en sepia, que hoy a color, diría mi compadre: gusta degustarme, va la primera entrega, no tengo enmienda, ya me dijeron en esta historia se dan las cosas.
EL MEMÍN PINGUÍN QUE LLEVO DENTRO

por Navarrín