Argentina entra en veda electoral

Por Martin Hacthoun

Buenos Aires, 20 nov (PL) Los argentinos entraron hoy en una veda electoral de dos días antes de los decisivos comicios del domingo, de los que saldrá el próximo presidente del país.
Las urnas abrirán para más de 32 millones de electores que deberán escoger entre el candidato del Frente para la Victoria (FpV), Daniel Scioli, y el de la alianza de centro-derecha Cambiemos, Mauricio Macri.
Las boletas están bastante divididas y aunque algunos sondeos dan al político de la derecha porteña como ganador por un margen mínimo, incluso estos mismos encuestadores admiten que el voto lo definirán los argentinos en estos días de silencio electoral, sin arengas proselitistas ni actos políticos.
A la pregunta de una periodista argentina que se fue hasta el Vaticano para hacerla sobre quién votaría, el Papa Francisco respondió que «ya saben cómo pienso, voten con la conciencia».
Lo que tenían que decir los dos aspirantes lo hicieron hasta anoche; ya no habrá más declaraciones públicas ni de uno ni del otro, según fijan las reglas electorales, aunque las campañas seguirán por las redes sociales no contempladas en esas normas.
En la última semana en especial después del debate presidencial de la noche del domingo 15, Scioli logró instalar en la mente de los argentinos, particularmente de la clase media hacia abajo, la alerta sobre las intenciones de sus rivales de Cambiemos de aplicar un ajuste económico.
Por las calles se les escucha a los argentinos hablar sobre devaluación y qué pasará con el dólar y sus pesos; se ha generado una gran preocupación, y ese tema lo puso Scioli sobre el tapete.
Algunos de sus partidarios consideran que fue algo tarde en la campaña en la que pudo ser desde antes más agresivo; no obstante, la inquietud prendió y algunos ciudadanos que eran manifiestos opositores comenzaron al menos a mostrar prudente silencio.
En sus dos actos de cierre de campaña, uno en Mar del Plata al mediodía y el otro más tarde en La Matanza, ambos en tierra bonaerense, reiteró las dos visiones de gobierno que están en juego.
Durante el primero, Scioli insistió en que el domingo se elegirá entre «el camino hacia el desarrollo o volver con esas políticas que causaron tantos traumas y nos costaron 12 años recuperarnos». Y exhortó: «No volvamos a tropezar con la misma piedra dos veces».
Por el horario le tocó el turno a su contrincante, el saliente gobernador de la ciudad de Buenos Aires y jefe del partido porteño Propuesta Republicana, quién optó por irse al norte y cerrar la campaña en Huamaca, provincia de Jujuy, y hasta allí lo acompañó su séquito de asesores abordo de 15 «jets» privados.
En el acto siguió el mismo esquema de otros eventos similares que le han concebido sus consejeros en las que simula dialogar con diferentes interlocutores, incluso hasta menciona nombres. Prometió «trabajo y progreso para todos» y repitió su eslogan de que «se puede vivir en una Argentina con pobreza 0».
Y concluyó su discurso gritando «Cambiemos, Cambiemos, Cambiemos».
Scioli volvió a la carga ya en la noche en La Matanza, donde recordó lo que dijo el papa Francisco: «Hay dos caminos: el del Estado presente o el del capitalismo salvaje. Y yo me quiero poner delante de eso para que nunca más ocurra en la Argentina, no quiero que les sigan mintiendo», reiteró el candidato del FpV.
Posteriormente, aceptó una entrevista en el canal de noticias C5N en la que dijo que «si hablamos de cambio, vayamos a un cambio serio y responsable», y enumeró los programas sociales y económicos que han hecho avanzar la seguridad familiar y que deben ser preservados.
Aparte del contrincante opositor, Scioli ha tenido un enorme rival en los medios hegemónicos que han inducido a través de una prolongada y feroz campaña sucia y negativa un sentimiento de odio y rechazo hacia la presidenta Cristina Fernández y el FpV, con el cual han logrado influenciar a un segmento de la población.
Además, como suele suceder una porción de la clase media que ha mejorado económicamente se ha olvidado, una vez acomodada, de quién los ayudó a mejorar en una muestra de ingratitud electoral.
Ante esa adversidad, el candidato del oficialismo logró transmitir la advertencia de lo que está detrás del eslogan Cambiemos de la derecha opositora ávida de poder; ahora en medio de creciente expectativa está por ver si una mayoría de argentinos vota con conciencia, como sugirió el Papa, o no.

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